En julio de 2021, el gobierno prohibió la minería de BTC y otras criptomonedas en su territorio, con el objetivo de reducir el consumo eléctrico.
Esa medida fue un golpe directo al hashrate de la red Bitcoin, porque detuvo momentáneamente el crecimiento en la industria de la minería, la cual se destacaba por la innovación en la creación de equipos y tecnología más eficientes para esa práctica
Esta política terminó con un importante éxodo de mineros, quienes migraron hacia países con regulaciones más amigables con el sector como Estados Unidos y Kazajistán.
Además, como consecuencia de esa prohibición, en China hubo minería clandestina. Para ello, los pequeños mineros se las ingenian para seguir operando y dividen sus operaciones en varias granjas distribuidas en todo el país. De esta forma, las autoridades tienen dificultades para detectarlos
Otros mineros utilizan las fuentes de energía local, como represas hidroeléctricas en áreas rurales independientes de la red energética principal de China.