La inflación en Estados Unidos ha subido al 2.7%, un aumento que, aunque moderado, preocupa tanto a economistas como a la Reserva Federal. Aunque este nivel está lejos de los picos del 9% alcanzados en 2022, sigue siendo superior al objetivo del 2% que la Fed considera ideal.
Este repunte podría reflejar que las medidas de la Fed para controlar la inflación, como el aumento de tasas de interés, están funcionando de manera gradual. Sin embargo, la persistencia de la inflación por encima del objetivo podría llevar a la Fed a mantener políticas restrictivas, lo que podría enfriar la economía y reducir el consumo.
A nivel global, esta situación se enmarca en una tendencia más amplia de inflación moderada en diversas economías, lo que podría tener efectos a largo plazo en el crecimiento económico mundial. El comportamiento de la inflación en EE. UU. será clave para entender el rumbo de la economía estadounidense y sus repercusiones internacionales.