Lo más importante que he aprendido sobre la naturaleza humana después de cumplir 30 años es que, a menos que la otra persona lo pida expresamente, o venga sinceramente a pagar por un consejo, trato de abstenerme de dar activamente consejos y ayuda a la otra persona. tres razones:
1. Autoprotección: Quienes sufren más picaduras no suelen ser los cazadores, sino los veterinarios.
2. Autoestima: La ayuda no solicitada muchas veces daña la autoestima de la otra persona.
3. Autoayuda: No puedes despertar a alguien que finge estar dormido. La otra persona no cambiará por mucho que lo intentes, te estarás buscando problemas. No importa cuánto ayudes, la otra parte nunca te lo agradecerá.
No quiero que tengas sangre fría, solo quiero recordarte: "¡Si quieres hacer cosas buenas, primero debes tener una estrategia!". No entendí esta verdad antes de los 30 años. y sufrí muchas pérdidas ocultas. Obviamente estaba haciendo el bien a los demás, pero ofendí a muchas personas sin querer. Si te gusta ser profesor, inevitablemente te ganarás enemigos por todos lados. Lo que la mayoría de la gente necesita no es la ayuda de los demás, siempre que tengan una salida para desahogar sus emociones, comer con ellos, charlar y consolarlos sí lo es. mucho más práctico que darles ayuda o consejo.
Deja de lado la necesidad de ayudar a los demás y respeta el destino de los demás. Antes de poner barro en la pared, ¿le has pedido su opinión? ¿Mu Mu habló contigo? Sin ti para ayudarlo, ¿qué más es ser una perra? El barro del suelo puede nutrir las flores. ¿Por qué lo ayudas a subir por la pared?