Las principales instituciones financieras de Wall Street deberían ser consideradas responsables de financiar la industria minera de Bitcoin, que genera grandes emisiones, según un nuevo informe de Greenpeace USA.

El informe, titulado “Financiación de la contaminación de Bitcoin: cómo las grandes finanzas apoyan una nueva amenaza climática”, difiere de documentos anteriores de Greenpeace sobre la industria minera de Bitcoin. En lugar de centrarse en los mineros de BTC, el informe se centra en Wall Street y el sector bancario.

Greenpeace afirma que las grandes finanzas apoyan la minería de Bitcoin mediante la creación de incentivos económicos, perpetuando así la amenaza ecológica que representa la industria.

El informe nombra a Trinity Capital, Stone Ridge Holdings, BlackRock, Vanguard y MassMutual como los cinco principales financiadores de la contaminación por carbono de las empresas mineras de Bitcoin.

En conjunto, representaron más de 1,7 millones de toneladas métricas de CO2 en 2022, lo que equivale a las emisiones de más de 335.000 hogares estadounidenses que utilizan electricidad durante un año.

Greenpeace afirmó que la minería de Bitcoin se ha convertido en una gran industria comercial, donde las empresas necesitan un capital significativo para construir instalaciones y comprar equipos informáticos.

Los mineros dependen del apoyo de los bancos y administradores de activos, ansiosos por su parte del botín.

El informe dice que empresas como BlackRock deberían ser responsables de fomentar la industria minera: "Los bancos y los administradores de activos tienen el deber de revelar los riesgos a sus accionistas y clientes que actualmente carecen de información vital sobre los riesgos climáticos de Bitcoin".

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Greenpeace critica la falta de escrutinio sobre cómo las inversiones de las compañías financieras tradicionales permiten operaciones mineras de Bitcoin con uso intensivo de carbono.

Greenpeace también afirma que la industria de la criptominería carece de divulgación y transparencia, lo que "permite a las empresas mineras de Bitcoin evitar la responsabilidad y oscurece la escala del problema climático de Bitcoin".

Esta “falta de informes confiables sobre electricidad y emisiones” dificulta que los inversores, las partes interesadas y los reguladores tomen decisiones informadas si desean seguir políticas verdes.

En Estados Unidos, Texas se ha convertido en un centro global para los mineros de Bitcoin, absorbiendo a muchos que abandonaron China después de su prohibición de la minería.

Greenpeace acusa a las empresas de Wall Street de financiar esta nueva fiebre del oro, y pone como ejemplo las instalaciones de Riot Platforms cerca de Rockdale.

Citando datos del Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de Cambridge (CBECI), Greenpeace dijo que solo las instalaciones de Riot representaban 526.000 toneladas métricas de CO2, equivalente al carbono emitido por 100.000 hogares estadounidenses al año.

Greenpeace destacó la paradoja de BlackRock, que es un supuesto líder en inversión sostenible, pero que tiene la tercera mayor emisión de carbono por sus inversiones en la minería de Bitcoin entre las 540 instituciones financieras incluidas en el estudio de Greenpeace.

La ONG enfatizó que las empresas financieras involucradas en la minería de Bitcoin deberían informar las emisiones asociadas con sus inversiones y servicios de suscripción para las empresas mineras de Bitcoin.

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