El Índice de Precios al Consumidor (IPC) mide los cambios en los precios de bienes y servicios desde la perspectiva del consumidor. Esta es la principal forma de medir los cambios en las tendencias de compra y la inflación.
Los datos reales superiores a los previstos deben considerarse positivos/tendencia alcista, mientras que los datos reales inferiores a los previstos deben considerarse negativos/tendencia bajista.