Putin emitió una dura advertencia al presidente Erdogan y al ministro de Finanzas, Mehmet Şimşek, advirtiendo contra la creciente dependencia de Turquía de préstamos e inversiones de instituciones occidentales. Putin expresó su preocupación de que esto pudiera tensar los lazos comerciales y económicos de Turquía y afectar negativamente a su economía.