También hay casos en los que no es necesario presentarse. Por ejemplo, si sólo entramos en contacto con otras personas por motivos técnicos, el trabajo a realizar no requiere conocimiento personal (por ejemplo, comprar en la tienda). Sin embargo, cada vez en más lugares se pueden ver pequeñas inscripciones en los mostradores o insignias en la ropa, en las que se indica el nombre del dependiente o del vendedor, por lo que la administración se vuelve mucho más personal.