El proceso de gestión de riesgos suele incluir estos pasos:

Identificación de riesgos: Identificar los riesgos potenciales que pueden surgir. Estos riesgos pueden ser financieros, operativos, estratégicos, legales o ambientales.

Evaluación de riesgos: Analizar los riesgos identificados y evaluar la probabilidad y el impacto potencial de cada riesgo. Este paso ayuda a comprender la gravedad del riesgo.

Priorización de riesgos: Clasificación de los riesgos evaluados según su gravedad. Los riesgos de mayor prioridad se abordan primero.

Desarrollo de respuestas al riesgo: desarrollo de estrategias para gestionar los riesgos. Estas estrategias pueden incluir evitar el riesgo, reducir el impacto del riesgo, aceptar el riesgo o transferir parte del riesgo a otra parte (por ejemplo, obtener un seguro).

Monitoreo y Control de Riesgos: Monitorear la efectividad de las estrategias de gestión de riesgos aplicadas y realizar ajustes cuando sea necesario. Este es un proceso continuo y se revisa periódicamente.

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