#Lexique #APR #APY

La APR y la APY son dos métricas financieras que se utilizan habitualmente para describir el rendimiento de un producto. Aunque ambas son tasas de interés, difieren ligeramente en cómo se calculan y presentan.

La TAE (Tasa Porcentual Anual) es la rentabilidad total de un producto financiero expresada como porcentaje del importe invertido. A menudo todo se reduce al tipo de interés nominal de un producto.

Es importante tener en cuenta que la APR no tiene en cuenta cuándo se capitalizan los intereses ni el momento de los pagos. Por lo tanto, la TAE no refleja necesariamente los ingresos generados por un producto financiero en situaciones en las que los intereses se capitalizan con más frecuencia que anualmente. En estos casos, se recomienda utilizar el APY para tener una idea más precisa.

El APY (Annual Percentage Yield), o tasa de rendimiento anual, tiene en cuenta el efecto de capitalización, es decir el momento en que se añaden intereses al capital inicial para producir nuevo capital.

El APY se calcula utilizando la siguiente fórmula:

APY = (1 + r/n)^n – 1

con :

r: tipo de interés nominal,

n: número de veces que se capitalizan intereses al año.

A continuación se muestra un ejemplo para ilustrar claramente la diferencia entre estas dos tarifas.

Considere un préstamo de $1000 con una tasa de interés nominal del 5%, un período de pago de 1 año e intereses pagados mensualmente (es decir, 12 veces al año).

Para la TAE, el cálculo es sencillo: el tipo de interés nominal es del 5%, por lo que la TAE también es del 5%.

Para el APY, el cálculo es el siguiente:

APY = (1 + 0,05/12)^12 – 1 = 0,0511618983

La tasa APY en este caso es, por tanto, 5,116%.