Las altcoins, abreviatura de "monedas alternativas", son criptomonedas distintas de Bitcoin. Surgieron como alternativas para abordar las limitaciones percibidas de Bitcoin y ofrecer nuevas funciones y aplicaciones. La primera altcoin, Namecoin, se introdujo en 2011. Desde entonces, se han creado miles de altcoins, cada una de las cuales tiene como objetivo diferenciarse a través de innovaciones únicas.

Ethereum es una de las altcoins más notables. Introdujo contratos inteligentes, que son contratos autoejecutables con los términos escritos directamente en código. Esta característica ha permitido las aplicaciones descentralizadas (DApps) y el floreciente campo de las finanzas descentralizadas (DeFi). Otras altcoins populares incluyen Litecoin, conocida por sus tiempos de transacción más rápidos, y Ripple (XRP), que se enfoca en facilitar pagos transfronterizos en tiempo real.

Las altcoins se pueden clasificar en varias categorías según su función y tecnología subyacente. Las monedas estables, como Tether (USDT), están diseñadas para mantener un valor estable al estar vinculadas a monedas fiduciarias. Las monedas de privacidad, como Monero (XMR), ofrecen funciones de privacidad mejoradas para proteger las identidades de los usuarios y los detalles de las transacciones.

Invertir en altcoins presenta oportunidades y riesgos. Si bien pueden ofrecer importantes retornos y soluciones innovadoras, su mercado es muy volátil y menos regulado en comparación con Bitcoin. A medida que evoluciona el panorama de las criptomonedas, las altcoins siguen desempeñando un papel crucial en la diversificación y el avance de las finanzas digitales.

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