Invertir en criptomonedas conlleva riesgos inherentes debido a su volatilidad e incertidumbres regulatorias. Invierta sólo lo que pueda permitirse perder y prepárese para fluctuaciones significativas de precios. Utilice técnicas de gestión de riesgos, como establecer órdenes de limitación de pérdidas y obtener ganancias en niveles predefinidos. Diversifique sus inversiones para reducir la exposición al rendimiento de un solo activo.