[Minimizar los impuestos a las criptomonedas: principales países con las tasas impositivas más bajas en 2024]

El panorama fiscal de las criptomonedas es diverso y dinámico, y algunos países son particularmente amigables con los inversores y comerciantes de criptomonedas.

Los países con impuestos más bajos sobre las criptomonedas disfrutan de los beneficios de una mayor inversión, innovación y crecimiento económico, lo que proporciona un fuerte argumento para políticas similares a nivel mundial.

En el extremo opuesto del espectro se encuentran países con estrictas leyes sobre impuestos a las criptomonedas que pueden inhibir el crecimiento de los mercados locales y obligar a los inversores a buscar un entorno más favorable.

Los países con tasas impositivas elevadas suelen sufrir una salida de talento y capital, lo que resulta perjudicial a largo plazo.

Es fundamental que los inversores y las empresas de criptomonedas comprendan el estado actual de los impuestos a las criptomonedas.

Al evaluar inversiones o administrar un negocio de criptomonedas, varios factores clave juegan un papel importante. El primero es la tasa impositiva en sí, que afecta directamente el retorno de la inversión. Algunos países no gravan las ganancias de capital a largo plazo, lo que puede aumentar significativamente la rentabilidad. Además, el límite de exención fiscal para pequeñas transacciones e inversores en ocio también es un factor decisivo.

Sin embargo, el entorno regulatorio es igualmente importante. Unas normas claras y estables garantizan que los inversores comprendan las normas y puedan cumplirlas sin preocuparse por cambios repentinos.

Además, el nivel de adopción de criptomonedas de un país a menudo indica su nivel de apoyo a la innovación y los servicios financieros impulsados ​​por la tecnología.

Estos son algunos de los países con las mejores políticas fiscales sobre activos digitales:

1. Alemania

Alemania es un faro para los inversores en criptomonedas en Europa. Si mantiene una inversión en criptomonedas durante más de un año, cualquier ganancia está libre de impuestos, lo que promueve una cultura de inversión a largo plazo. Las ganancias inferiores a 600 € también están libres de impuestos, lo que anima a los inversores ocasionales a participar sin carga fiscal. Incluso si Bitcoin se vende en el plazo de un año, sólo las ganancias superiores a 600 euros están sujetas al impuesto sobre las plusvalías.

2.Portugal

Portugal ofrece un entorno fiscal favorable sin impuesto sobre la renta personal sobre los ingresos criptográficos. Esta exención se extiende al comercio de criptomonedas, lo que lo convierte en un centro popular para los comerciantes diarios y las empresas de criptomonedas. Sin embargo, en 2023 el país comenzó a imponer un impuesto del 28% a las ganancias a corto plazo de las criptomonedas mantenidas durante menos de un año. En febrero de 2024, Portugal aprobó un proyecto de ley que exige a los poseedores de criptomonedas declarar sus criptoactivos en las declaraciones de impuestos nacionales anuales.

3. Singapur

Singapur se ha establecido como un centro de tecnología financiera al no imponer impuestos sobre las ganancias de capital a las inversiones en criptomonedas. Además, los tokens de pago digitales están exentos del impuesto sobre bienes y servicios (GST) en Singapur. No existen impuestos específicos sobre las transacciones criptográficas, lo que lo convierte en un centro de innovación financiera con visión de futuro.

4. malta

Malta, conocida como la "Isla Blockchain", trata el comercio de criptomonedas de manera similar al comercio diario, pero ofrece incentivos para tenencias a largo plazo. Su estructura jurídica se adapta a las características de la tecnología blockchain y las criptomonedas, proporcionando una base sólida para empresas e inversores. En Malta, no existe un impuesto a las ganancias de capital a largo plazo sobre las criptomonedas. Sin embargo, el comercio de criptomonedas puede considerarse un ingreso y estar sujeto a una tasa impositiva máxima del 35%.

5. Suiza

Suiza no sólo es famosa por el chocolate, sino también por sus políticas favorables a las criptomonedas. Si bien la riqueza y los ingresos criptográficos están sujetos al impuesto sobre el patrimonio, la tasa es más baja y el comercio profesional está libre de impuestos, lo que lo convierte en un punto de acceso para las criptomonedas.

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