En el Tribunal Federal de Brooklyn, un influencer de criptomonedas en Instagram y otros sitios de redes sociales, Jebara Igbara, también conocido como "Jay Mazini", fue sentenciado a 84 meses de prisión por fraude electrónico, conspiración para fraude electrónico y lavado de dinero.

Según la Fiscalía Federal para el Distrito Este de Nueva York, el fraude de Igbara provocó enormes pérdidas financieras de millones de dólares a inversores desprevenidos.

fraude en redes sociales

La investigación encontró que Igbara operaba bajo el popular nombre de cuenta de Instagram "Jay Mazini" y creaba una imagen falsa de riqueza a través de su influencia en las redes sociales.

Igbara publicó videos de él mismo entregando dinero en efectivo como obsequio a mujeres que habían perdido sus billeteras en supermercados, restaurantes de comida rápida e incluso en aeropuertos. Sin embargo, detrás de escena, Igbara operaba múltiples cuentas fraudulentas y defraudaba a inversores por al menos 8 millones de dólares.

Como parte de la sentencia, a Igbara se le ordenó confiscar 10 millones de dólares. El importe exacto de la indemnización adeudada a las víctimas se determinará más adelante.

Breon Peace, Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York, dijo:

"La acusación contra Igbara lo revela tal como es: un estafador que utilizó su influencia en las redes sociales para defraudar a inversionistas con millones de dólares. Atacó descaradamente a su propia comunidad religiosa, usándola para atacarlo a él. Esperamos que el veredicto de hoy sirva como una advertencia a los estafadores como los acusados ​​en este caso y les permitirá pensar dos veces antes de dañar a los inversores para su propio beneficio egoísta”.

Falsas promesas y esquemas de criptomonedas falsos

Según una investigación de la Fiscalía Federal para el Distrito Este de Nueva York, de 2019 a 2021, Igbara acumuló casi un millón de seguidores en Instagram y desarrolló una importante influencia en las redes sociales. Ha cultivado una imagen de sí mismo como un inversionista y hombre de negocios exitoso y ha incorporado elementos de la fe musulmana en sus publicaciones para crear una imagen pública de sí mismo como piadoso y confiable.

Igbara publicó una serie de videos en su cuenta de Instagram en los que repartía descaradamente dinero en efectivo en diversos entornos cotidianos como supermercados, restaurantes de comida rápida y frente a una mujer que conoció en el aeropuerto y que había perdido su billetera. Los videos estaban destinados a mostrar su generosidad y fortaleza financiera como parte de la configuración de su perfil en las redes sociales para atraer y mantener la atención de sus seguidores. Sin embargo, estas acciones se revelaron más tarde como parte de un plan fraudulento que utilizó para engañar y atraer a posibles inversores.

El fraude de Igbara se llevó a cabo principalmente a través de una empresa que controlaba llamada Halal Capital LLC. Utilizó la empresa para planificar y ejecutar un plan de fraude de inversiones, dirigido principalmente a miembros de la comunidad musulmana.

Igbara prometió a los miembros de la comunidad musulmana estadounidense de Nueva York que usaría sus fondos para invertir en acciones, la reventa de productos electrónicos y la venta de equipos de protección personal. Recauda fondos de esta manera, afirmando que las inversiones generarán retornos para los inversores. Sin embargo, esto en realidad fue parte de un plan de fraude que llevó a cabo.

Lo que Igbara dirigió fue en realidad un típico esquema Ponzi en el que se apropió indebidamente de la mayor parte de los fondos de los inversores para consumo personal, comprando coches de lujo y apostando. Para mantener la ilusión de su negocio supuestamente legítimo y seguir atrayendo inversores para participar, también implementó un segundo plan de fraude: a través de su cuenta de redes sociales, proporcionó cotizaciones de compra de criptoactivos por encima de los precios del mercado para inducir a las víctimas a vender sus tenencias de criptomonedas.

En este esquema, Igbara completaría su estafa enviando imágenes falsas de confirmación de transferencias bancarias a las víctimas, haciéndolas creer falsamente que habían recibido los fondos, cuando en realidad los fondos no fueron transferidos al inversionista.

Evaluación del comportamiento del jefe del IRS-CI

Fattorusso, agente especial a cargo de la División de Investigación Criminal del IRS (IRS-CI), llamó a Igbara un "estafador de criptomonedas". Fattorusso señaló que Igbara no sólo creó una identidad falsa en Internet para engañar a las víctimas para que invirtieran en su plan de estafa, sino que también utilizó inteligentemente su gran número de seguidores e influencia en Instagram como prueba falsa de su "éxito". De esta manera, Igbara aumentó su credibilidad, haciendo más fácil atraer a más personas a su estafa de inversiones.

Fattorusso destacó que Igbara defraudó despiadadamente a la comunidad musulmana de Nueva York por millones de dólares y desperdició los fondos sin remordimientos. Sus acciones mostraron un cruel desprecio por sus víctimas y un frío cálculo del fraude, sin tener en cuenta el hecho de que los miembros de la comunidad ganaron el dinero con mucho esfuerzo. A través de esta descripción, Fattorusso revela que el comportamiento fraudulento de Igbara no sólo es legalmente criminal, sino también moralmente extremadamente irresponsable. #加密货币诈骗 #网红欺诈