Una vez, estalló un fuerte desacuerdo entre dos amigos cercanos, lo que provocó una pelea y una disputa entre ellos. Dejaron de hablarse y su hermandad y amistad se desvanecieron. Pasaron los años hasta que uno de ellos se sintió culpable, por lo que decidió contactar a su viejo amigo y pedirle perdón. Pero se sorprendió cuando escuchó que su amigo había fallecido y él ni siquiera lo sabía.

Moraleja de la historia: el perdón puede sanar relaciones rotas y crear vínculos más fuertes, así que actúa rápidamente antes de que sea demasiado tarde.