El Servicio de Investigación del Parlamento Europeo (EPRS), un grupo de expertos gubernamental de la Unión Europea, publicó recientemente una carta en la que analiza las oportunidades y los desafíos para los niños en el metaverso.

Según la autora de la publicación, la analista de políticas del EPRS Maria Niestadt, el metaverso puede "impulsar la creatividad y la motivación de los niños para aprender e incluso ayudarlos a curarse de enfermedades" y permitir experiencias culturales y sociales que de otro modo no podrían experimentar.

Sin embargo, existen numerosos desafíos que la UE debe enfrentar, según el EPRS, incluida la protección de los niños de resultados físicos y mentales adversos relacionados con el uso de cascos de realidad virtual, aumentada y/o mixta, así como cuestiones de seguridad y privacidad.

Oportunidades del metaverso

El metaverso está plagado de oportunidades para los niños, según la carta. Si bien no llega a ofrecer un respaldo total para el uso de cascos de realidad virtual y mixta por parte de niños, el grupo de expertos presenta varias afirmaciones sobre su uso positivo.

Según el EPRS:

“Las tecnologías del mundo virtual se pueden utilizar para diagnosticar y tratar diversos trastornos de salud física y mental pediátricos (como el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad). También se pueden utilizar para promover la salud física a través de ejercicios físicos inmersivos, para ayudar a preparar a los niños para dificultades psicológicas (como el miedo a las alturas) o para ayudarlos en su rehabilitación física”.

Otras oportunidades incluyen usos educativos como la inmersión virtual en lecciones de importancia histórica y cultural y el potencial para una interacción social positiva.

Desafíos del metaverso

Si bien las oportunidades aparentemente abundan, según el EPRS, el grupo de expertos también ve innumerables desafíos que deben abordarse para proteger a los niños de la UE de los posibles daños y peligros que presenta la tecnología del metaverso.

Los principales factores preocupantes parecen ser los posibles efectos negativos que la exposición a los mundos digitales y el hardware que los acompaña puede tener en el bienestar físico y mental de los niños. Estos incluyen aislamiento social y del mundo real, exposición al acoso y comunicaciones inapropiadas, así como náuseas, ansiedad y miedo.

Uno de los desafíos legislativos asociados con permitir que los niños operen en el metaverso es marcar la edad adecuada. Según la guía EPRS, esto actualmente se deja en manos de los fabricantes del sector privado:

“Además, los fabricantes de cascos de realidad virtual suelen establecer una edad mínima para utilizar estos dispositivos. Sin embargo, existe una tendencia a reducir esta edad mínima. Por ejemplo, en 2013 Meta redujo la edad mínima de sus auriculares Quest de 13 a 10 años”.

En general, el estado del metaverso en la Unión Europea parece ser un estado de cambio a medida que los reguladores exploran estrategias futuras mientras se apoyan en el sector privado para autorregularse con base en las leyes existentes y las pautas internas de las empresas.

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