Dejé mi trabajo de 9 a 5 para dedicarme a tiempo completo al daytrade cuando tenía 23 años. Desde entonces, pasé de ganar $5000 al año a $20 000 al MES.
A continuación, se detallan 7 cosas que aprendí en el proceso:
(1/7) La gestión de riesgos lo es todo:
Rápidamente me di cuenta de que, para obtener ganancias constantes, necesitaba controlar mis pérdidas. No se trata de las ganancias que podía obtener, sino de cuánto podía permitirme perder mientras seguía en el juego.
(2/7) La educación nunca se detiene:
Los mercados siempre están cambiando y mi aprendizaje tenía que seguir el ritmo.
Libros, cursos, seminarios web: cada bit de conocimiento que adquirí se tradujo en mejores decisiones comerciales.
(3/7) Disciplina por encima del impulso:
Establecer reglas comerciales y realmente seguirlas fue más difícil de lo que pensaba, pero valió la pena.
La disciplina se convirtió en mi hábito más valioso.
(4/7) El control emocional es la clave:
Hubo momentos en los que una pérdida me afectó mucho.
Aprendí que poder recuperarme emocionalmente es tan importante como recuperarme financieramente.
(5/7) El control emocional es clave:
Hubo momentos en que una pérdida me golpeó duro.
Aprendí que poder recuperarme emocionalmente es tan importante como recuperarme financieramente.
(6/7) Llevar un diario no es solo para adolescentes:
Llevar un diario de operaciones no era algo que me entusiasmara, pero se convirtió en mi manual para el éxito.
Me ayudó a comprender mis ganancias y, lo que es más importante, mis pérdidas.
(7/7) La paciencia paga:
En mis primeros días, pensé que más operaciones significaban más dinero. No es así.
La paciencia para esperar la configuración correcta a menudo significaba la diferencia entre ganancias y pérdidas.