Australia parece haber dejado clara su elección en lo que respecta a las preferencias bancarias, mostrando una fuerte inclinación por los bancos comerciales frente a la propuesta de moneda digital del banco central minorista (CBDC). Investigaciones recientes del Banco de la Reserva de Australia (RBA) sugieren que, si bien los australianos no están dispuestos a desembolsar dinero extra por las llamadas ventajas de seguridad de una moneda digital del banco central, sí ponen un precio a la privacidad.

Hemos publicado un documento de debate de investigación 'Valoración de la seguridad y la privacidad en la moneda digital del banco central minorista': https://t.co/Qmxwd9FmEh

– Banco de la Reserva de Australia (@RBAInfo) 12 de abril de 2024

Valoraciones de seguridad y privacidad

Una mirada de cerca a la investigación del RBA revela la perspectiva de los australianos sobre la seguridad y la privacidad cuando se trata de la banca digital. El RBA presentó su hipotética CBDC como una opción potencialmente más segura y privada que las ofertas existentes de los bancos comerciales. Sin embargo, la reacción del público fue, en el mejor de los casos, tibia en cuanto a la seguridad.

A pesar del papel del RBA como red de seguridad financiera y de varias medidas de protección ya implementadas, como el seguro de depósitos y la supervisión bancaria, el atractivo de una moneda digital más segura no parece tentar a la billetera australiana promedio.

Por el contrario, la privacidad es donde gira la atención. Los australianos parecen dispuestos a pagar por medidas mejoradas de privacidad en sus transacciones digitales. Según las conclusiones del RBA, el australiano promedio preferiría que los datos de sus transacciones fueran accesibles a través del RBA en lugar de un banco comercial, incluso si les cuesta alrededor de cinco dólares más al año.

Cuando esta preferencia se proyecta en toda la población adulta, se traduce en una preferencia de aproximadamente 100 millones de dólares al año por la privacidad manejada por el RBA sobre los bancos comerciales, suponiendo que todas las demás condiciones sean constantes.

Los matices de las elecciones del consumidor

El experimento de elección discreta realizado por el RBA arroja luz sobre cómo los australianos valoran los diferentes aspectos de la banca digital. El estudio implica un escenario de elección entre dos cuentas bancarias hipotéticas que difieren en sus estructuras de tarifas, niveles de privacidad de datos y entidades gestoras. La configuración evita referencias directas a las CBDC y, en cambio, se apoya en analogías bancarias más identificables para medir el interés y la comprensión del público.

Este método, aunque complejo, es fundamental para comprender las preferencias del mundo real sin los resultados sesgados que podrían surgir de técnicas de encuesta menos sofisticadas. Las tarifas y la configuración de privacidad se asignan aleatoriamente en la encuesta para garantizar que los datos reflejen preferencias genuinas y libres de sesgos introducidos por factores de precio o conveniencia.

Al analizar más a fondo la demografía, se desprende que la edad y los ingresos desempeñan papeles importantes en la forma en que los individuos valoran estos atributos bancarios. Las personas con ingresos más bajos valoran más la seguridad que sus contrapartes más ricas, posiblemente debido a una conciencia más aguda de las vulnerabilidades financieras. Mientras tanto, también se analizó el uso de efectivo, que ofrece alta privacidad y seguridad, para comprender su impacto en las preferencias por las funciones de banca digital.

Los resultados de la encuesta también sugieren un fuerte apego a los servicios bancarios tradicionales, con una clara preferencia por características que se alinean estrechamente con las ofertas existentes. Esto implica un desafío importante para la adopción de una CBDC en Australia, a menos que pueda ofrecer una propuesta de valor clara y única, especialmente en áreas como la privacidad que actualmente resuenan entre el público.

Con esta exploración exhaustiva de las preferencias de los australianos con respecto a las monedas digitales y la privacidad bancaria, el RBA ha proporcionado información valiosa. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si estas preferencias guiarán las políticas futuras o si el marco bancario tradicional seguirá dominando Australia.