Con una perspectiva perfeccionada por años de educación financiera y autoría, Robert Kiyosaki, famoso por su exitoso libro “Padre rico, padre pobre”, advirtió recientemente sobre el colapso inminente de más bancos en Estados Unidos.
A través de su lente particular, pinta un panorama siniestro del sistema bancario del país, apuntalado por una lucha cada vez más intensa que enfrentan los bancos regionales y las compañías hipotecarias.
Las señales de advertencia que resuenan
La visión de Kiyosaki sobre las instituciones financieras de Estados Unidos, que ha trastocado la tranquilidad de muchos inversores, está plagada de señales de alerta. Insinuó la precaria situación del gigante hipotecario Loan Depot y destacó los peligros que acechan a los bancos regionales y a las corporaciones hipotecarias.
Lo que añade gravedad a su pronóstico es la credibilidad cultivada a través de su influyente libro “Padre rico, padre pobre”.
Esta publicación, escrita en coautoría con Sharon Lechter, ha figurado en la lista de los libros más vendidos del New York Times durante más de media década, difundiendo sabiduría financiera a millones de personas en todo el mundo.
La magnitud de la afirmación de Kiyosaki se corresponde con el peso de sus palabras. Instando a los inversores a seguir su camino con cuidado, hace hincapié en el pensamiento independiente.
Sugiere una visión escéptica de las orientaciones proporcionadas por figuras prominentes como el presidente Joe Biden, el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell o la secretaria del Tesoro Janet Yellen. En cambio, pide al público que reflexione sobre sus relatos y discierna la verdad.
Apoyando voces en el ámbito financiero
Este sentimiento también resuena entre otros expertos económicos. Cabe destacar que el economista y conocido defensor del oro, Peter Schiff, se hizo eco de la advertencia de Kiyosaki y atribuyó la inminente catástrofe bancaria a los errores de política fiscal y monetaria cometidos a lo largo de los años.
Identificó claramente la política federal y la Reserva Federal como los principales arquitectos de la crisis actual, subrayando que la gravedad de la situación es mucho peor que las crisis financieras anteriores.
La preocupación se intensifica ante la posibilidad de una corrida bancaria de una escala sin precedentes, que eclipsaría a las de la época de la Gran Depresión. La gravedad de la situación se ve subrayada por una disminución significativa de los depósitos bancarios, que registraron una caída de 79.200 millones de dólares en la última semana, la más pronunciada desde el 22 de marzo.
La caída no ajustada pinta un panorama aún más sombrío, ya que se sitúa en 86.600 millones de dólares.
El pronóstico de Kiyosaki se extiende más allá del sector bancario estadounidense y abarca también la economía global. A principios de este año, indicó el abismo al que se enfrentaba la economía mundial, prediciendo fenómenos como pánico bancario, congelamiento de ahorros y rescates internos.
Esta proyección pone aún más de relieve la fragilidad de la situación económica actual. Si reflexionamos sobre las advertencias anteriores de Kiyosaki, parece que la situación actual se ha ido gestando desde hace mucho tiempo.
Ya en abril, señaló cómo el trato preferencial de la Reserva Federal a los bancos de gran escala como JPMorgan Chase estaba socavando a los bancos regionales, erosionando así al país.