Un anciano enfermó y fue trasladado de urgencia al hospital, donde recibió oxígeno durante 24 horas. Al recibir la factura de $5000,00, se emocionó. Cuando el médico le aseguró el coste, el hombre le explicó que sus lágrimas no eran por el dinero, ya que podía permitírselo, sino por darse cuenta de que durante 78 años había estado respirando el aire gratuito de Dios sin tener que pagar. Al reflexionar sobre esto, instó a otros a tomarse un momento para expresar gratitud por el regalo de la vida.