Google declaró la guerra a las estafas criptográficas al iniciar acciones legales contra un grupo que defraudó a más de 100.000 personas mediante la distribución de aplicaciones falsas a través de la tienda Google Play.

Google declara la guerra contra las estafas criptográficas

La demanda fue iniciada por Google en el Distrito Sur de Nueva York. Esta medida representa los esfuerzos de Google para combatir las estafas con criptomonedas. Estableciendo así un precedente legal para la protección del usuario.

Los acusados ​​identificados en la demanda son Yunfeng Sun (también conocido como Alphonse Sun) y Hongnam Cheung (apodado Zhang Hongnim o Stanford Fischer). Google acusó al grupo de organizar una operación fraudulenta al publicar al menos 87 aplicaciones falsas de inversión y cambio de criptomonedas en Google Play.

Estas personas proporcionaron información falsa sobre su identidad, ubicación y naturaleza de las aplicaciones.

Drama de solicitud fraudulenta

Las aplicaciones aparentemente legítimas incluyen la visualización de saldos de inversiones y ganancias. Sin embargo, según se informa, los usuarios no pueden retirar sus fondos. A algunos incluso se les engaña para que paguen tarifas adicionales para acceder a sus ganancias.

La denuncia también describe cómo estos estafadores falsifican. Intentaron hacer que sus aplicaciones fueran legítimas permitiendo que se retiraran pequeñas cantidades iniciales. Sin embargo, cuando los usuarios retiran montos de inversión mayores, no pueden realizarlos.

Respuesta y estrategia de Google

Google ha respondido a estas prácticas engañosas reforzando sus medidas de ciberseguridad. La empresa ha cooperado con las autoridades y ha establecido un equipo para manejar este problema. De esta manera se identifican y manejan los problemas tempranamente.

La empresa afirma haber sufrido pérdidas de más de 75.000 dólares debido a los costes de la investigación y las mejoras de seguridad. A través de esta demanda, Google busca una compensación y una orden judicial permanente contra los demandados y sus socios. A todos se les prohibirá acceder a los servicios de Google o crear cuentas.

Esta demanda es parte de la estrategia de Google para proteger a los usuarios. Garantizando así la estabilidad de la plataforma en el contexto del creciente fraude en línea.