Escrito por: Leo Lin, Jesse Zheng, David Lee



Una visión más allá de los apagones y los desastres



Cuando el reloj marca la medianoche, una bulliciosa metrópolis se sumerge de repente en la oscuridad. El familiar zumbido de la electricidad se desvaneció, dejando a millones de residentes buscando velas y linternas en la oscuridad. Pero el apagón fue más que un inconveniente: fue un crudo recordatorio de nuestra dependencia de sistemas centralizados de energía y comunicaciones, y de la vulnerabilidad expuesta al desastre.



Imaginemos que ocurre un desastre natural que corta líneas eléctricas e interrumpe las redes de comunicaciones tradicionales. En tiempos de crisis como ésta, el acceso al poder y a las comunicaciones se vuelve más que una conveniencia: se convierte en una cuestión de supervivencia. Aquí nació el concepto Web3, que hacía hincapié en el suministro de energía descentralizado y la comunicación distribuida y se convirtió en un rayo de esperanza. Los cortes de energía y las interrupciones en las comunicaciones son un desastre para la economía digital, ya que afectan todos los aspectos de nuestras vidas, desde las comunicaciones, los pagos e incluso la evaluación de las necesidades básicas.