La acusación federal no nombra a FTX ni a Sam Bankman-Fried como las empresas víctimas, pero Bloomberg informa que efectivamente fueron ellos.
El gobierno federal de los Estados Unidos presentó el miércoles cargos contra tres personas presuntamente involucradas en un plan de piratería informática de larga data que culminó con el infame robo de 400 millones de dólares de FTX, una bolsa propiedad de Sam Bankman-Fried, que posteriormente colapsó.
En una acusación formal de 18 páginas presentada en un tribunal federal en Washington, los fiscales acusaron a Robert Powell, Carter Rohn y Emily Hernández de conspirar para cometer fraude electrónico y robo de identidad en la operación de una red de intercambio de tarjetas SIM dirigida a cincuenta víctimas desde marzo de 2021 hasta abril de 2023.
El robo más importante se produjo el 11 de noviembre de 2022, cuando el trío se apoderó de 400 millones de dólares de una empresa no identificada. Bloomberg, citando a fuentes familiarizadas con el asunto, afirma que la empresa en cuestión era FTX.
A través de las redes de AT&T, obtuvieron acceso a los empleados de la plataforma de intercambio de criptomonedas y transfirieron criptomonedas por valor de cientos de millones de dólares.
Esta acusación puede finalmente proporcionar una respuesta a una de las preguntas más importantes que rodean el escándalo de FTX: ¿dónde desaparecieron los cientos de millones de dólares en criptomonedas durante la hora más oscura del exchange, justo después de que se declarara en quiebra?
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