Según U.Today, un informe reciente de Bloomberg revela que el público alemán sigue siendo escéptico sobre la adopción del euro digital. Las preocupaciones por la privacidad son la principal razón por la que los alemanes prefieren el dinero en efectivo tradicional a la moneda digital. Se espera que la Unión Europea decida el año que viene si procede a implementar el euro digital.

El euro digital pretende ofrecer el mayor nivel de privacidad entre las opciones de pago electrónico. La versión offline del euro digital está diseñada para alcanzar los mismos niveles de privacidad que el efectivo. Se prevé que tanto la versión online como la offline sean compatibles con una única aplicación. Los datos de pago de los usuarios se seudonimizarían, lo que garantizaría que no se los pueda vincular directamente con sus transacciones. Además, los datos no se utilizarían con fines comerciales, y solo los intermediarios tendrían acceso a los datos de los usuarios para cumplir con la normativa.

Las autoridades de protección de datos independientes garantizarían que el proyecto del euro digital funcione de conformidad con las leyes de protección de datos de la UE. Actualmente, alrededor de 134 países están explorando monedas digitales de bancos centrales (CBDC). En junio, el Banco de Israel anunció que no se apresuraría a tomar una decisión sobre el shekel digital antes de que la UE tome la iniciativa.