Según CoinDesk: La primera ley de la termodinámica, que establece que la energía no se puede crear ni destruir, sólo alterar su forma, se puede aplicar a la inversión, particularmente en el mercado de criptomonedas. A medida que los diversos riesgos estructurales de la inversión en criptomonedas cambian con el tiempo, las oportunidades de rentabilidad también cambian. En los primeros días de bitcoin, había muchos riesgos, como el riesgo existencial y el riesgo financiero/de financiación. Sin embargo, a medida que estos riesgos se redujeron, el valor de bitcoin aumentó y nuevos inversores ingresaron al mercado. En 2023, el riesgo regulatorio será el próximo gran desafío para el mercado de las criptomonedas y, a medida que se aborde, el panorama de la inversión digital seguirá transformándose. Los creadores de mercados extraterritoriales, las demandas gubernamentales dirigidas a las altcoins y las reglas sobre la custodia calificada son factores que afectarán el futuro de la inversión en criptomonedas. A medida que los riesgos disminuyen, aumenta el potencial de una financiarización y adopción institucional extraordinarias. Sin embargo, esta transformación también crea un dilema para los asignadores, donde invertir en los fondos más grandes puede no garantizar el éxito. Actualmente, los fondos más pequeños y con capacidad limitada tienen una oportunidad única de obtener mejores resultados, pero esta ventaja no durará para siempre a medida que el panorama de la inversión en criptomonedas siga evolucionando. Los inversores institucionales astutos deberían considerar su interés en este momento de transición.