La moneda china, el renminbi, se ha debilitado hasta su nivel más bajo en 16 meses, debido a las preocupaciones del mercado sobre posibles fuertes aumentos arancelarios por parte de la administración entrante de Trump. El renminbi onshore cayó un 0,1% el miércoles a 7,34 Rmb frente al dólar estadounidense, su nivel más bajo desde septiembre de 2023.

Según un informe del Financial Times, la caída se produjo a pesar de que el Banco Popular de China (PBoC) mantuvo un tipo de cambio fijo diario estable antes de la toma de posesión de Donald Trump.

El tipo de cambio del renminbi, al que se le permite negociarse dentro de una banda del 2% del tipo de cambio diario del Banco Popular de China, se está acercando ahora al límite inferior de ese rango.

Los analistas atribuyen la presión vendedora a los temores de que los aranceles propuestos a los productos chinos puedan empujar a Beijing a debilitar aún más su moneda, compensando el impacto en las exportaciones. El comercio internacional es un componente imperativo del crecimiento económico de China, porque la demanda interna está actualmente en un nivel bajo.

Especulación de mercado y política monetaria

La caída del yuan onshore, que se hundió por debajo de la marca de 7,3 a un mínimo de 14 meses a principios de esta semana, ha provocado especulaciones de que el Banco Popular de China podría adoptar un enfoque más indulgente ante la depreciación de la moneda.

Ju Wang, responsable de la estrategia de tipos y divisas de la Gran China en BNP Paribas, señaló que el mercado ha estado incorporando estas preocupaciones desde las elecciones estadounidenses. “El mercado no quiere darse por vencido”, dijo Wang, añadiendo que el banco central parece estar en “modo de esperar y ver”.

Wee Khoon Chong, estratega de mercados de BNY Mellon, se hizo eco de estos sentimientos y mencionó la impaciencia del mercado por un movimiento más significativo del renminbi. La caída de la moneda coincide con los sólidos datos económicos de Estados Unidos, que han impulsado al dólar e intensificado la presión de venta sobre la moneda china.

Crecen los temores de una guerra comercial 2.0

Las preocupaciones por una renovada “guerra comercial 2.0” bajo el gobierno de Trump han contribuido a la tendencia a la baja del yuan. La retórica de campaña del presidente electo de Estados Unidos hizo eco de aranceles más altos a las importaciones chinas. Los mercados temen que Pekín pueda permitir estratégicamente que el renminbi se debilite para preservar su competitividad exportadora.

Estos temores han reavivado recuerdos de tensiones comerciales pasadas, en las que ambas partes emplearon herramientas económicas para ganar influencia.

Mientras la moneda china enfrenta presiones, un movimiento más amplio entre las naciones BRICS busca reducir la dependencia del dólar estadounidense en el comercio global. Actualmente, el dólar domina aproximadamente el 90% de las transacciones globales y representa la mitad de todo el comercio internacional.

Los líderes del BRICS argumentan que la desdolarización no es sólo una estrategia de gestión del riesgo financiero sino también una forma de mitigar la exposición a las sanciones estadounidenses.

Ray Dalio, director ejecutivo de Bridgewater Associates, enfatizó los riesgos asociados con la tenencia de activos denominados en dólares estadounidenses. “Las sanciones implican congelar activos como los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Existe preocupación entre las naciones por ser vulnerables a tales medidas”, dijo Dalio.

Agregó que las transacciones directas en monedas locales podrían ofrecer una alternativa al uso del dólar como intermediario.

La firme postura de Trump sobre la desdolarización y los BRICS

Cuando el presidente electo Donald Trump estaba haciendo campaña para regresar a la Casa Blanca, prometió contrarrestar los esfuerzos de desdolarización. En un mitin en Wisconsin, Trump prometió mantener el estatus del dólar como moneda de reserva mundial.

“Muchos países están abandonando el dólar”, afirmó. “No van a abandonar el dólar conmigo”. Trump también advirtió que las naciones que abandonen el dólar enfrentarán fuertes sanciones, incluidos aranceles del 100% sobre sus productos.

Al igual que China, Rusia, la nación líder del BRICS, también enfrenta una montaña de obstáculos económicos, aunque el gobierno del presidente Putin está tomando medidas audaces para contrarrestar la inflación.

El banco central de Rusia mantuvo su tasa de interés de referencia en el 21% el miércoles, desafiando las expectativas generalizadas de otro aumento para combatir la inflación galopante. La gobernadora Elvira Nabiullina defendió la decisión, citando la necesidad de hacer una pausa después de una serie de alzas agresivas de las tasas.

La decisión se produce en un momento en que Rusia enfrenta una inflación de dos dígitos y una marcada depreciación del rublo, agravada por las presiones económicas de su conflicto en curso en Ucrania. El presidente Trump prometió poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia cuando asuma el cargo, para gran consternación de esta última nación.

El presidente Putin reconoció recientemente los desafíos que supone gestionar lo que denominó una economía de guerra “sobrecalentada”. Los críticos dentro de los círculos vinculados al Kremlin han expresado su descontento con la estricta política monetaria del banco central, argumentando que sofoca el crecimiento económico del país.

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