El 8 de enero, los síntomas de los amigos del grupo ya han disminuido, ya nadie fantasea con un mercado alcista, en la plaza hay mucho menos ruido, se ha ido volviendo gradualmente más tranquila, como si todos hubieran visto la realidad y comenzaran a buscar su camino para sobrevivir. Algunos que entregan comida recogieron el almuerzo caliente que habían dejado caer por la mañana, los que entregan paquetes sacaron su triciclo de la zanja, los que manejan Didi llamaron a los pasajeros con los que acababan de discutir sobre el precio, las princesas del KTV se disculpan por las bofetadas que acaban de dar, los camareros que acababan de salir se dan la vuelta para atarse el delantal y le dicen al jefe que solo salieron a fumar, el jefe piensa que es muy honesto y no se queda ocioso, hasta fumar lo hace tan rápido, la persona que aprieta tornillos inmediatamente recoge la llave inglesa que estaba en el suelo. Nadie se rinde, creen que pronto el grupo volverá a la animación de antes.