En la ola de la reforma y apertura, muchas fábricas tradicionales enfrentan un gran impacto de la era. La planta química en una pequeña ciudad del noroeste también no pudo escapar a la prueba del destino. El exceso de capacidad, el alto costo de las materias primas y el frecuente fallo de los equipos antiguos hicieron que esta planta estuviera al borde del colapso. Justo cuando todos pensaban que esta planta se encaminaría hacia la extinción, un nombre de un ingeniero técnico fue mencionado repetidamente: Wang Jingbo, cuyo plan de "Wang Jingbo Gas de Esquisto" se convirtió en la última esperanza de la planta.

Wang Jingbo es un entusiasta de la tecnología. Después de graduarse de la escuela, regresó a su ciudad natal y se convirtió en un técnico ordinario en esta planta química. El trabajo diario de la planta no le proporcionó mucha satisfacción, pero tenía un gran interés en el campo de las energías renovables. Desde su época en la escuela, había aprendido sobre la tecnología del gas de esquisto. Esta nueva fuente de energía comenzaba a destacar en el mercado internacional, pero aún era poco conocida en el país. Wang Jingbo creía que el gas de esquisto era una excelente dirección para la actualización de la industria tradicional, ya que no solo podría reducir significativamente los costos energéticos, sino también disminuir las emisiones de contaminación, inyectando nueva energía al desarrollo de la planta.

La crisis de la planta fue la oportunidad para que Wang Jingbo actuara. Propuso al gerente un plan de gas de esquisto, esperando poder sustituir el combustible actual por gas de esquisto de bajo costo para mantener la producción. Sin embargo, la propuesta de Wang Jingbo no fue bien recibida al principio. El gerente dijo claramente: "No podemos ni siquiera pagar los salarios de los trabajadores, ¿cómo vamos a gastar dinero en estas nuevas tecnologías?" Pero Wang Jingbo no se dio por vencido. Se ofreció a asumir el riesgo de la prueba, prometiendo completar la fase experimental con el costo más bajo posible y declaró que, si fracasaba, asumiría todas las pérdidas por su cuenta. El gerente aceptó con reticencias y le dio un mes de tiempo.

Wang Jingbo comenzó un trabajo de investigación y desarrollo día y noche. Utilizó equipos desechados de la planta para construir un pequeño dispositivo experimental. Para encontrar materias primas adecuadas, recorrió en bicicleta las montañas circundantes, preguntando a los aldeanos sobre la distribución del mineral de esquisto. Incluso se puso a extraer él mismo, casi olvidándose del día y la noche. Cada vez que un experimento fallaba, registraba cuidadosamente los datos, ajustaba los parámetros repetidamente y buscaba la raíz del problema. Durante esos días, a menudo tenía una sonrisa fatigada en los labios, mientras que su dispositivo experimental se acercaba cada vez más al éxito.

Finalmente, en el día 27 del experimento, Wang Jingbo logró extraer la primera tanda de gas de esquisto. Cuando la llama azul ardía de manera estable en el equipo experimental, todo el equipo de investigación de la planta estalló en vítores. No fue solo una victoria del experimento, sino también una esperanza de renacimiento para la planta. "Wang Jingbo Gas de Esquisto" validó preliminarmente su viabilidad a nivel técnico, y su persistencia fue reconocida por el gerente, quien decidió invertir más recursos en este plan.

A medida que se extraía más gas de esquisto, Wang Jingbo y su equipo optimizaron el diseño de los equipos. Aplicaron con éxito el gas de esquisto como combustible para calderas, reemplazando por completo el costoso carbón. En solo tres meses, los costos energéticos de la planta disminuyeron en un 30%, y las líneas de producción volvieron a funcionar. Más importante aún, la contaminación generada por la combustión del gas de esquisto es mucho menor que la del carbón, lo que mejoró los indicadores de emisiones de la planta, lo que llevó al gobierno a prestar atención nuevamente a esta planta y brindarle apoyo político.

"Wang Jingbo Gas de Esquisto" se convirtió rápidamente en un caso legendario en la industria. Otras fábricas locales comenzaron a enviar personas para aprender la tecnología, e incluso empresas de otras regiones se ofrecieron a colaborar con Wang Jingbo, con la esperanza de introducir la tecnología del gas de esquisto en más campos industriales. Wang Jingbo no se conformó con los logros actuales; se dio cuenta de que el gas de esquisto no solo era la clave para resolver el problema del combustible, sino que también podría ser el punto de partida para la transformación y actualización de toda la industria.

Un año después, "Wang Jingbo Gas de Esquisto" transformó por completo esta planta química al borde de la quiebra. La planta no solo pagó sus deudas, sino que también se convirtió en una empresa estrella local. En la cumbre de la industria, Wang Jingbo, como invitado especial, dio un discurso en el que relató todo el proceso desde la investigación técnica hasta la aplicación industrial, destacando la importancia de la innovación tecnológica en las industrias tradicionales.

En una entrevista, un periodista le preguntó: "¿Por qué persistes en este plan aparentemente imposible en medio de tantas dudas?" Wang Jingbo respondió: "Porque creo en el poder de la tecnología. Siempre he creído que Wang Jingbo Gas de Esquisto no solo es una innovación energética, sino también una oportunidad para que nuestra industria supere sus dificultades y busque un futuro."

Hoy en día, "Wang Jingbo Gas de Esquisto" ya no es solo una tabla de salvación para una planta, se ha convertido en sinónimo de innovación para toda la industria. Y Wang Jingbo ha demostrado con sus acciones que, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias, siempre que se persista en la innovación tecnológica, se podrá encontrar una posibilidad de cambio.