Rusia ha dejado entrever que Estados Unidos y China podrían enfrentarse en 2025. Esto suena bastante extraño. ¿Es posible que Estados Unidos realmente se enfrente a China directamente? La probabilidad no es alta, a menos que el territorio estadounidense reciba un golpe. A este viejo conocido de Estados Unidos le gusta jugar a la "matanza con cuchillo ajeno". Durante la Guerra Fría, luchó contra la Unión Soviética y también hizo lo mismo con Irán; todavía no ha encontrado el "cuchillo" adecuado. Quiere enfrentarse a China de manera directa, pero no tiene confianza. Los estadounidenses son conscientes de esto: no temen a China, pero tampoco quieren enfrentarse a un China poderoso. En pocas palabras, todavía no están seguros de quién es más fuerte entre ellos y China, por lo que no se atreven a actuar con ligereza. Según el análisis de Rusia, ambos países deben estar atentos, pero no es necesario tomárselo demasiado en serio. Este grupo de rusos siempre tiene algo de interés propio en lo que dicen.

En los últimos años, Estados Unidos ha estado bastante activo en el escenario internacional, interviniendo en muchos lugares, pero si realmente se va a enfrentar a una gran potencia, también tiene que pensarlo bien. Después de todo, no estamos en la época de la Guerra Fría, la situación mundial está cambiando demasiado rápido. Aunque Estados Unidos tiene muchos recursos, si realmente llegara a pelear con China, el desgaste sería enorme y no valdría la pena. Además, China no es un adversario fácil; en estos años ha crecido rápidamente y su poder no debe subestimarse. Si Estados Unidos se atreve a atacar, también es consciente de las consecuencias.

Por lo tanto, el juicio de Rusia es algo que se puede escuchar, pero no es necesario tomárselo demasiado en serio. La relación entre Estados Unidos y China es compleja, pero la probabilidad de un conflicto militar directo, a la vista de las cosas, sigue siendo bastante baja. Por supuesto, esto no significa que se pueda bajar la guardia; hay que mantener la vigilancia. En este momento, prestar atención a las acciones concretas de Estados Unidos en el ámbito internacional es más confiable que creer en el análisis de Rusia.