Opinión de: Justin Banon, cofundador de Boson Protocol

La Web3 es la base de un nuevo orden económico. Mediante la tokenización de activos del mundo real (RWA), podemos liberarnos de sistemas obsoletos y desbloquear una riqueza exponencial.

Cada salto tecnológico en la historia de la humanidad ha abierto nuevas posibilidades y riqueza, desde la era rural hasta la era industrial y digital. Sin embargo, cada sistema tiene sus límites. La economía digital actual tiene dificultades para ser sostenible e inclusiva. Es hora de actualizarse.

La Web3 ofrece el potencial para este próximo salto. La conversión de los RWA (en particular, los bienes de lujo, como las joyas de alto valor) en tokens digitales allana el camino hacia una economía inclusiva y computable.

Esta transformación permite un acceso más amplio a los mercados ultra-lujosos y allana el camino para una economía más inclusiva y computable a través de nuevas formas de propiedad. El futuro radica en este cambio hacia la coordinación y la tokenización.

El poder blando de la coordinación

Las instituciones de coordinación social son clave para el progreso tecnológico, aunque rara vez avanzan a la misma velocidad que la industria. Sin embargo, cuando lo hacen, los saltos hacia adelante pueden ser espectaculares. Piensa en cómo el lenguaje escrito permitió los sistemas administrativos de las primeras sociedades, o intenta imaginar una economía global sin tiempo universal.

Las blockchains y la pila tecnológica más amplia de Web3 representan el próximo salto adelante en la tecnología institucional: Las tecnologías cripto facilitan la confianza y reducen los costos de la coordinación económica. Esta innovación permite que los elementos de la economía “hablen” entre sí sin intermediarios y verifiquen quiénes y qué son con certeza. La economía puede procesar de manera confiable la información en estas transacciones. Esta economía ahora puede computar las interacciones de las partes en lugar de procesarlas de manera poco confiable.

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En las economías modernas, la “computabilidad” del capital funciona a través de capas de intermediación lenta, costosa e ineficaz. Este límite de computabilidad es una restricción sobre la escala de complejidad que las economías globales pueden alcanzar —y un techo sobre su prosperidad.

Blockchain hace cumplir derechos de propiedad sólidos y automatiza compromisos, asegurando que el dinero solo se libere cuando se cumplan las condiciones de venta. Las transacciones se vuelven inmutables y verificables, transformando el sistema de poco confiable y opaco a preciso y determinista, lo que permite una economía más eficiente y sin confianza.

Resolviendo el problema del oracle de activos físicos

Cualquiera que haya negociado criptomonedas o NFTs ha experimentado la certeza de una economía robusta habilitada por blockchain. El próximo salto en la complejidad económica es llevar todas las formas de capital, incluidos los RWAs fuera de la cadena, a la economía cripto con las mismas propiedades “duras” y computables que los activos nativos en la cadena. Solo al “tokenizar en duro” los RWAs aceleraremos la transición.

Este desafío es conocido como el problema del oracle de activos físicos. Existen protocolos de tokenización de activos, pero aún dependen de los pagarés, que pueden resultar tan inestables como los acuerdos fuera de la cadena. Sus compromisos aún no son lo suficientemente fuertes.

Primeros adoptantes de la economía computable

Una área que está presenciando la adopción temprana de esta tecnología es la moda y el lujo. Este segmento está experimentando su primera desaceleración global, dejando a un lado COVID-19, desde la Gran Recesión. Según un reciente informe de Bain y Co., esto se debe a la incertidumbre económica, el aumento de precios y los consumidores priorizando cada vez más las experiencias sobre los productos. La desaceleración es particularmente marcada entre las generaciones más jóvenes, lo que muestra un notable declive en la defensa del cliente.

Para los artículos ultra-lujosos, las marcas tradicionalmente atendían a un pequeño mercado de coleccionistas de alto patrimonio. Al habilitar la fraccionamiento de dichos artículos de lujo, una nueva generación de clientes puede poseer una parte de estos activos.

Fracciones de estos activos pueden ser luego negociadas o integradas en finanzas descentralizadas para su uso, por ejemplo, como garantía para préstamos. Para las marcas de lujo, esta fraccionamiento asegura una ruta directa a nuevas audiencias a nivel global, equipándolas para navegar la reciente desaceleración.

Los protocolos de Web3 ofrecen el potencial para este próximo salto, ya que permiten la tokenización de RWAs —especialmente bienes de lujo como joyas y arte— en tokens digitales. Esta transformación permite un acceso más amplio a los mercados ultra-lujosos y allana el camino para una economía más inclusiva y computable a través de nuevas formas de propiedad.

Las marcas podrían vender o regalar piezas ultra-lujosas a sus comunidades, cultivando la propiedad compartida, reformulando el concepto de propiedad en los sectores de la moda y el lujo, y creando mercados directos al consumidor para activos ultra-lujosos. Eso empoderará a las comunidades para poseer artículos de lujo que antes solo estaban accesibles para compradores de élite y fortalecerá la relación entre las marcas de lujo y sus comunidades, desbloqueando nuevas oportunidades de participación.

Es hora de actualizar el sistema operativo

Cada nuevo orden económico trae mayor complejidad y el potencial de riqueza exponencial. La historia ha demostrado eso una y otra vez. Según analistas de criptomonedas y finanzas tradicionales, la tokenización de RWAs formará la columna vertebral del próximo mercado alcista y desbloqueará la transferencia de trillones de dólares de valor a la cripto.

Estamos en un punto de inflexión de la evolución de sistemas complejos. El mercado de lujo es el punto de partida, pero nuestras acciones hoy tendrán una influencia masiva en lo que suceda después. Las oportunidades de un orden económico computable se extenderán más allá de la riqueza individual. La humanidad puede beneficiarse de un nuevo sistema operativo con el alcance para abordar las amenazas existenciales que enfrenta nuestra especie.

Un metasistema mejorado ofrece la perspectiva de logros humanos extraordinarios actualmente más allá de nuestro alcance o imaginación. Podríamos romper el techo digital para lograr la sostenibilidad global o asegurar nuestro futuro como especie interplanetaria. Todo es una cuestión de coordinación.

Justin Banon es cofundador de Boson Protocol y ha sido galardonado con el estatus de Pionero en Tecnología del Foro Económico Mundial. Justin estudió física en el Imperial College de Londres y posee dos maestrías.

Este artículo es solo para fines informativos y no está destinado a ser ni debe ser considerado como asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, pensamientos y puntos de vista expresados aquí son solo del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de Cointelegraph.