La MAGAnomics de Donald Trump (un cóctel de aranceles, medidas enérgicas contra la inmigración y desregulación) está dividiendo la opinión en todos los ámbitos. Los economistas de todo el mundo están destrozando su plan de “Estados Unidos primero” y advierten que es una bomba de tiempo.
Según una encuesta del Financial Times y la Universidad de Chicago, la mayoría de los economistas creen que Trump empeoraría la inflación, paralizaría el crecimiento y propagaría el caos económico mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Trump aún no ha publicado una hoja de ruta económica detallada, lo que deja a los analistas la tarea de armar predicciones basadas en sus promesas de campaña.
¿Sus grandes éxitos? Imponer aranceles de hasta el 20% a las importaciones, deportar trabajadores indocumentados en masa y hacer permanentes los recortes de impuestos de 2017. Mientras Wall Street disfruta del rally a corto plazo, las grandes mentes dicen que este enfoque de “hombre de aranceles” coquetea con el desastre.
Los efectos globales.
Şebnem Kalemli-Özcan, profesora de la Universidad de Brown y asesora de la Reserva Federal de Nueva York, supuestamente piensa: “Las políticas de Trump pueden traer algo de crecimiento a corto plazo, pero esto será a expensas de una desaceleración global que luego volverá y perjudicará a EE. UU. más adelante.”
La Eurozona ya se está preparando para un golpe, especialmente el sector manufacturero de Alemania. Martin Wolburg de Generali Investments predice que las políticas de Trump podrían apuntar a la industria automotriz de Alemania.
Pero Christophe Boucher de ABN Amro teme que los productos chinos baratos puedan inundar los mercados europeos si los aranceles de Trump presionan a Pekín.
Más del 85% de los economistas de la Eurozona encuestados esperan que los movimientos de Trump perjudiquen sus economías. Ni siquiera el Reino Unido, supuestamente amortiguado por su economía centrada en servicios, está a salvo.
Wall Street celebra, pero los economistas no se lo creen.
Mientras los economistas aprietan sus hojas de cálculo en desesperación, los inversores descorchan champán. El S&P 500 se disparó después de la victoria de Trump, cerrando 2024 con una ganancia del 23.3%, siguiendo un rendimiento similar en 2023. La euforia por la IA, los recortes de impuestos y la desregulación han energizado a los toros.
Benjamin Bowler de Bank of America predice que el rally seguirá avanzando hasta 2025, impulsado por lo que él llama la “economía laissez-faire” de Trump. Las criptomonedas tampoco se quedan atrás. Bitcoin rompió la barrera de los $100,000, alcanzando los $108,007 después de la victoria de Trump.
Los inversores están apostando por Paul Atkins, elegido por Trump para dirigir la SEC, para que introduzca un entorno más amigable para las criptomonedas. Aunque la idea de Trump de añadir Bitcoin a las reservas de EE. UU. ha sido desestimada como un sueño irrealizable, la especulación por sí sola ha llevado a los mercados a un frenesí.
Sin embargo, más de la mitad de los economistas de EE. UU. encuestados creen que la MAGAnomics hará más daño que bien. Otro 10% espera un “gran impacto negativo”. Incluso en la Eurozona, el 13% de los analistas predice repercusiones severas. Esta desconexión entre los mercados y los fundamentos económicos nos deja rascándonos la cabeza.
Una perspectiva caótica para 2025 y más allá.
La economía de EE. UU. ha superado a Europa desde la pandemia, creciendo a una tasa anualizada del 2.8% en el tercer trimestre de 2024. Pero la inflación sigue siendo obstinada, y la Reserva Federal no cede en los recortes de tasas.
Los traders de futuros que esperaban un alivio monetario en 2023 y 2024 quedaron decepcionados. El índice del dólar subió un 6.5% el año pasado, presionando los mercados emergentes y el comercio global con su fuerza implacable.
Mientras tanto, los rendimientos de los bonos están volviendo a niveles anteriores a 2008. El rendimiento promedio a 10 años entre las naciones del G7 ahora se sitúa alrededor del 3%, el doble de lo que era durante la última década.
Para Europa, las apuestas son aún mayores. Las políticas proteccionistas de Trump amenazan con interrumpir las cadenas de suministro globales, afectando a las industrias que dependen de las exportaciones. El índice DAX de Alemania logró una ganancia del 19% en 2024, pero los analistas advierten que los buenos tiempos no durarán si Trump activa un arancel del 60% contra China.
Los economistas también temen la imprevisibilidad más amplia de la administración de Trump. Barret Kupelian de PwC la llama una “máquina de imprevisibilidad” que ahuyentará a las empresas de tomar decisiones a largo plazo. Este sentimiento se comparte en todas las industrias, desde la manufactura hasta las criptomonedas.
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