Este mes, a simple vista, parece bastante tranquilo, pero en realidad hay grandes turbulencias bajo la superficie, especialmente en enero, donde una serie de eventos importantes están afectando los nervios sensibles de la economía global.
El 10 de enero, Estados Unidos publicó los datos de empleo no agrícola. Esta cifra no solo es un examen exhaustivo del mercado laboral estadounidense, sino también un termómetro de la economía global.
El 15 de enero, se publicará el IPC de Estados Unidos, y si sube, significará que la inflación podría estar en camino, lo que obligará a un ajuste en la política monetaria y provocará fluctuaciones en el mercado.
El 20 de enero, Trump asumirá oficialmente el cargo, lo que seguramente provocará otra ola de turbulencias en lo político y lo económico. Sus políticas y declaraciones tendrán un gran impacto en la configuración de la economía global.
El 30 de enero, la Reserva Federal dará a conocer su decisión sobre las tasas de interés, lo que no solo afecta el futuro de la economía estadounidense, sino también las fluctuaciones en los mercados financieros globales.
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