Cuando la tendencia es incierta, muchos inversores saben que deben mantenerse al margen, pero se aferran a la esperanza, esperando que los precios de las acciones puedan rebotar, aunque sea un poco. Así, en medio de esta expectativa, los precios de las acciones no cumplen con sus deseos y continúan cayendo. La mentalidad del inversor también sufre un giro drástico, pasando de la esperanza inicial a un arrepentimiento constante, y finalmente cayendo en una desesperación total ante la continua caída.
Mantenerse al margen, a primera vista, parece que no proporcionará ganancias inmediatas al inversor, pero en realidad otorga un regalo más valioso. En el momento de estar al margen, el inversor recupera la calma interior, como si estuviera en una superficie de lago tranquila, con una sonrisa natural, y su familia se ve rodeada por esta atmósfera de paz, llena de calidez; al estar al margen, el inversor tiene la oportunidad de aprender profundamente y reflexionar sobre sus errores pasados, extrayendo valiosas lecciones; durante este tiempo, la mente del inversor se vuelve más clara y tranquila, capaz de captar más oportunidades ocultas, y sus acciones ya no están limitadas, aumentando silenciosamente la probabilidad de éxito; al estar al margen, el riesgo se retira silenciosamente, el inversor protege su capital, recupera energías, todo para esperar una excelente oportunidad de obtener grandes ganancias.
En resumen, mantenerse al margen no solo es una elección sabia en la estrategia de inversión, sino también una sabiduría vital que trasciende la búsqueda de ganancias rápidas y pérdidas súbitas.