Cada año en el mundo de las criptomonedas observo escenarios similares.
Desde el otoño, las criptomonedas crecen. Y en algún momento de abril, comienza la caída. Los grandes inversores, las ballenas, los capibaras, 34 Ilones, 45 Máscaras, 32 Trumpos y 1 Simpson. Se van de vacaciones de verano. Hasta julio, siempre convierto mis criptomonedas a fiat.
Durante el verano, en la bolsa empiezan a multiplicarse muchos hámsters, la mayoría no aguanta y se van. A partir del otoño, aparece una enorme cantidad de hámsters, comienzan a sonar teléfonos de Ilones, Máscaras y Trumpos. Y dicen que compren memecoins, shitcoins. Y gritan sobre una nueva temporada de altcoins, nuevas historias como que Julio César compró un scam coin por 1 centavo, y se convirtieron en 450 millones de dólares. Algún británico ya ha estado buscando Bitcoin en toda la basura no solo de Gran Bretaña, sino de Europa durante 11 años, hasta que un indio de los bosques de la Antártida resultó ser Nakamoto, etc.
Cada año leo esta tontería. Espero al menos algo nuevo.