Según Cointelegraph, David Holtzman, exprofesional de inteligencia militar y director de estrategia del protocolo de seguridad descentralizado Naoris, ha destacado las vulnerabilidades de los sistemas de datos centralizados. Holtzman sostiene que estos sistemas son propensos al abuso por parte de actores estatales y corporativos debido a su único punto de control. Destaca que la seguridad de los sistemas centralizados se ve cada vez más amenazada por los avances en inteligencia artificial y computación cuántica.

Holtzman sugiere que la descentralización de la IA a través de la tecnología blockchain puede introducir un elemento de supervisión humana, mientras que los algoritmos resistentes a la tecnología cuántica pueden proteger los datos privados. A pesar de estas medidas, advierte que la concentración del poder institucional sigue siendo una preocupación importante. Cree que la humanidad está al borde de un gran cambio, ya que las instituciones han acumulado un poder excesivo en los últimos 50 años, superando incluso la influencia que tenían a mediados del siglo XX.

La urgencia de descentralizar los sistemas de datos se ve subrayada por el potencial de las computadoras cuánticas para comprometer los estándares de cifrado utilizados en diversos sectores, incluidos las finanzas digitales, la atención médica y la inteligencia militar. Mientras el mundo anticipa el auge de la inteligencia artificial generalizada y las computadoras cuánticas escalables, se están explorando protocolos de cadena de bloques que preservan la privacidad como una solución.

Avidan Abitbol, ​​director de proyectos del Protocolo de Propiedad de Datos, ha declarado que es poco probable que las instituciones adopten tecnologías Web3 sin medidas de privacidad sólidas. Aboga por el uso de pruebas de conocimiento cero para permitir la divulgación selectiva, protegiendo así los datos de ser fácilmente rastreados por actores maliciosos. Los ejecutivos de la empresa desarrolladora de IA descentralizada Onicai también han expresado su preocupación por los productos de IA de las principales empresas tecnológicas, haciendo hincapié en la necesidad de que la IA descentralizada garantice la autosoberanía y evite el control corporativo sobre las tecnologías de IA.

Evin McMullen, cofundador de Privado ID, una solución de identidad descentralizada, ha destacado los riesgos asociados a la exposición de datos biométricos a proveedores de servicios externos centralizados. McMullen aboga por la divulgación selectiva de identificadores biométricos, lo que permite a las personas controlar el acceso a sus datos confidenciales según la necesidad de conocerlos. Este enfoque tiene como objetivo proteger la información personal de la explotación por parte de grandes empresas tecnológicas.