Una abuela de 93 años que era beneficiaria del programa de asistencia ha fallecido. El personal encontró una caja de hierro en su vivienda, que contenía dinero. Había monedas de diez centavos, además de algunos billetes de cien y cincuenta, la mayoría eran de cinco.

La abuela había estado ahorrando dinero poco a poco, enrollando las monedas sueltas en paquetes de diez, y luego esos en paquetes de cien. Esto era el fruto de toda su vida. Tal vez estaba ahorrando con la esperanza de poder contratar a una cuidadora cuando envejeciera. Para los ricos, este dinero no significa nada, pero para la abuela, era una gran suma.

Se puede imaginar lo difícil que fue para ella ahorrar este dinero, tal vez lo ganó cultivando y vendiendo verduras bajo la lluvia, o recolectando cosas desechadas poco a poco. Ella misma no se permitía comer bien ni vestirse bien, y así fue como logró ahorrar un poco.

Esto nos hace recordar a nuestros propios padres, cuando éramos niños, ellos también ahorraban poco a poco para que pudiéramos estudiar y crecer.