Tres grupos principales de defensa de las criptomonedas—la Asociación Blockchain, el Fondo de Educación DeFi y el Consejo de Blockchain de Texas—han presentado una demanda contra el IRS por sus nuevas regulaciones dirigidas a las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi). Estos grupos argumentan que el IRS ha excedido su autoridad legal al categorizar las plataformas DeFi como corredores, lo que ha generado una reacción negativa en todo el sector cripto.

El IRS recientemente amplió la definición de "corredor" para incluir intercambios descentralizados y plataformas front-end, exigiéndoles que informen todas las transacciones de criptomonedas y los detalles de los usuarios. Estas reglas, que entrarán en vigor en 2027, tienen como objetivo mejorar la transparencia en el comercio de activos digitales. Sin embargo, los críticos argumentan que la interpretación de la agencia va más allá del alcance de sus poderes estatutarios y viola la Ley de Procedimiento Administrativo (APA).

Los grupos de defensa afirman que estas regulaciones crean cargas de cumplimiento excesivas, particularmente para los desarrolladores de software que construyen interfaces de comercio DeFi. Advierten que esto podría sofocar la innovación y llevar las tecnologías emergentes al extranjero. Marisa Coppel, jefa legal de la Asociación Blockchain, declaró que la medida del IRS infringe los derechos de privacidad y apunta injustamente a las tecnologías descentralizadas.

La comunidad cripto más amplia también ha expresado una fuerte oposición. Bill Hughes, un abogado de Consensys, criticó el momento de la publicación de la regla durante la temporada navideña, sugiriendo que era una táctica para minimizar la resistencia pública. Miles Jennings, abogado general de a16z Crypto, calificó la regulación como un enfoque autoritario diseñado para restringir el crecimiento de DeFi.

Además, Alexander Grieve, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales en Paradigm, instó al Congreso a reconsiderar y potencialmente bloquear la regulación. Los legisladores, incluidos French Hill y Patrick McHenry, han expresado su desaprobación, calificando la regla como un exceso por parte del Tesoro. Hill la describió como una política mal elaborada finalizada en los últimos días de la administración actual.

La demanda subraya la creciente tensión entre los reguladores y la industria cripto, destacando las preocupaciones sobre la innovación, la privacidad y el futuro de las finanzas descentralizadas en los Estados Unidos.