Bitcoin: todos hablan de ello, pocos lo entienden, y ahí estás tú asintiendo como si acabaras de descubrir el secreto del universo. Spoiler: no lo hiciste. Pero no te preocupes, no estás solo. Ahora os explicaré Bitcoin, pero mal. Tan malo que casi parecerá correcto.
¿Qué es Bitcoin?
Bitcoin es como un Pokémon raro: no sabes dónde encontrarlo, pero si lo tienes, vale mucho. Es una moneda digital que no puedes tocar, guardar en tu billetera ni usar para comprar un café (a menos que el barista sea un nerd que acepte criptomonedas). Está "descentralizado", lo que significa que no hay ningún banco que lo administre, sólo un ejército de computadoras súper estresadas que resuelven acertijos matemáticos para mantener todo en orden.
¿Cómo funciona?
Imagina que necesitas enviar dinero a un amigo, pero en lugar de usar PayPal o una tarjeta, decides enviar una serie de números aleatorios a través de un sistema que consume la electricidad de una pequeña nación. Brillante, ¿verdad? Ah, y está la cadena de bloques, que es como un libro de contabilidad público gigante donde todos pueden ver lo que has hecho. No te preocupes, es anónimo... hasta que deja de serlo.
¿Por qué es precioso?
Bitcoin tiene valor porque todo el mundo dice que tiene valor. Es como el arte moderno, pero con más electricidad y menos significado. Había una vez que podías comprarlo por unos pocos centavos. Hoy hay que vender un riñón para poder costearlo. ¿Mañana? Podría valer tanto como una pizza. (Sí, esto realmente sucedió: alguien usó 10,000 Bitcoin para comprar una pizza en 2010. Ahora esa pizza vale cientos de millones. Esperemos que al menos fuera buena).
¿Para qué es?
Discutir con amigos sobre cuándo comprar, cuándo vender y lo estúpido que fuiste al no comprarlo hace diez años. O sentirme un genio cuando sube un 10% y un idiota cuando baja un 20%. Ah, y puedes usarlo para comprar cosas en Internet... como si nada, a menos que sean cosas turbias o de súper nicho.
Conclusión
Bitcoin es como el amor: todo el mundo habla de él, nadie lo entiende realmente, pero todos esperan hacer una fortuna con él. Así que, si estás pensando en invertir, recuerda la regla de oro: nunca pongas en Bitcoin más de lo que estás dispuesto a perder… ni expliques mal en las cenas de Navidad.