Sin embargo, cuando disfrutamos de esta paz y tranquilidad, ¿hemos pensado alguna vez en lo difícil que es lograrla? No proviene de alguna fiesta misteriosa ni del legendario Papá Noel, sino de esos desconocidos mártires revolucionarios y soldados del pueblo que se quedan en la frontera. Utilizaron su juventud y sus vidas para construir una barrera de seguridad indestructible para nosotros, permitiéndonos vivir, trabajar y prosperar en esta tierra.

La Navidad, esta fiesta tradicional occidental, se ha convertido gradualmente en parte de nuestras vidas en el contexto de la globalización. Sin embargo, al disfrutar de esta alegría navideña, ¿deberíamos considerarlo de manera más racional? Podemos elegir comprender y respetar la connotación cultural y el significado simbólico de este festival, pero también tenemos derecho a elegir ignorarlo, ignorarlo e ignorarlo. Porque los verdaderos festivales y aniversarios no deberían limitarse a celebraciones y consumos superficiales, sino que deberían profundizar en nuestros corazones e inspirar nuestro asombro por la historia, la memoria de los héroes y el anhelo por el futuro.

Recordar la historia es para avanzar mejor. Cuando estamos en la encrucijada de esta era, debemos mirar hacia atrás, valorar el presente y contemplar el futuro. Debemos recordar a aquellos mártires que valientemente sacrificaron sus vidas por los intereses de la nación y el pueblo, recordar la paz y la tranquilidad que obtuvieron con su sangre y vida. Al mismo tiempo, también debemos valorar la vida feliz que hoy disfrutamos, esforzándonos por aprender, trabajar arduamente y avanzar proactivamente, contribuyendo con nuestras fuerzas a la gran revitalización del sueño chino para la nación china.

En este sentido, el 24 y 25 de diciembre ya no son solo dos días ordinarios. Son huellas indelebles en nuestra memoria nacional, un patrimonio espiritual que cada uno de nosotros debe recordar y transmitir. En este momento especial, rendimos el más alto respeto y el más profundo recuerdo a esos valientes mártires. Al mismo tiempo, unámonos y avancemos juntos, escribiendo juntos el brillante capítulo que pertenece a nuestra generación.

Los libros de historia son demasiado delgados para contener su grandeza. Al pasar las páginas, encontramos toda su vida. Pero recordemos que su espíritu y sus hazañas permanecerán grabados en nuestros corazones, inspirándonos a seguir adelante. ¡Enfrentemos juntos los desafíos y oportunidades del futuro con pasos más firmes, un espíritu más elevado y una pasión más plena!

Por último, deseo que cada ciudadano chino pueda recordar la historia, no olvidar la humillación nacional, valorar la paz y esforzarse por luchar. ¡Que nuestro país sea más próspero y que nuestro pueblo sea más feliz y saludable!