Shiba Inu (SHIB), que en su día se anunció como una moneda meme con aspiraciones de crecimiento astronómico, ahora enfrenta escepticismo con respecto a su potencial a largo plazo. A pesar de los esfuerzos de la empresa matriz por diversificarse con proyectos paralelos como Shibarium, estos desarrollos han introducido complejidades, lo que ha llevado a percepciones de manipulación de precios y una devaluación relativa de SHIB en comparación con iniciativas más nuevas. El sueño de que SHIB alcance el dólar, una hazaña que requeriría una capitalización de mercado sin precedentes dada su oferta circulante, sigue siendo altamente especulativo. De cara a los próximos seis meses, el sentimiento del mercado parece dividido entre las preocupaciones bajistas vinculadas al exceso de oferta y el estancamiento, y el optimismo alcista alimentado por el potencial de Shibarium para mejorar la utilidad y la adopción. Los inversores deben sopesar estos factores con cuidado mientras navegan por el volátil panorama de $SHIB
y su ecosistema.