Si alguien me preguntara si compraría 100,000,000 LUNC a un precio de $100,000, mi respuesta sería afirmativa. El volumen de tenencias de LUNC es sustancial, lo que hace que la perspectiva de vender y luego recomprar sea relativamente sencilla.

En un escenario donde los 100,000,000 $LUNC adquiridos al precio actual de $100,000 requerirían pago en dos años, aún contemplaría vender. La razón principal detrás de esta decisión radica en evaluar el potencial de elevar el valor de $LUNC a 0.001 dentro del próximo período de dos años. A pesar de algunas reservas respecto al límite superior, mantengo mi postura de vender si alcanza 0.0005.

Si alguien preguntara sobre la venta de 100,000 $DFC a un valor de $100,000, declinaría. Si bien el precio actual puede parecer bajo, la consideración se extiende a la cantidad total que es ligeramente superior a 50 millones.

Anticipando un posible aumento de $DFC similar al meteórico ascenso de BTC en los próximos dos años, optaría por no vender.

En un contexto diferente, si se me presentara una oferta para comprar 100,000 $DFC por $1 millón hoy, con el pago debido en dos años, nuevamente contemplaría la negativa. La razón principal de esta elección se relaciona con la probabilidad de que el tipo de $DFC pueda desplomarse para ese momento, haciendo que la adquisición sea extremadamente desafiante. Tal decisión encarna una apuesta significativa.

Reflexionando sobre los 100 capítulos anteriores, se ha enfatizado de manera consistente la naturaleza interdependiente de $DFC y $LUNC. La ausencia de uno hace que el otro sea irrelevante, destacando los roles fundamentales desempeñados por $USTC y $LUNC, que varían de mayor a menor en importancia. Sin embargo, los roles esenciales están reservados para $LUNC y $DFC, con la multitud de variantes de $LUNC y la ausencia de respaldos influyentes contribuyendo a su prolongada subvaluación.

La aparición de $DFC marca una ruptura con la sabiduría convencional, con su estrategia de quemar tokens para preservar valor, principalmente basada en la quema de $LUNC. Este enfoque, respaldado por un sólido apoyo, asegura una alta probabilidad de éxito. Sin embargo, con su ciclo de producción a la mitad anualmente, existe la perspectiva de que la producción de $DFC podría disminuir a cero en varias décadas, potencialmente llevando tanto a $LUNC como a $DFC a reinos históricos, ya sea elevándose a alturas sin precedentes o desplomándose a mínimos históricos—una apuesta innegable.

Cuando se me presiona para discernir el valor superior entre $LUNC y $DFC, la elección se inclina inequívocamente hacia $DFC. La razón detrás de esta preferencia se basa en el potencial de que $DFC se dispare diez mil veces o más, una perspectiva que no es del todo inconcebible. El mecanismo de quema intrínseco a $DFC subraya el elemento crucial que podría conducir al éxito futuro de $LUNC, marcando un contraste marcado con un destino incierto en ausencia de esta característica crítica.

El apoyo inquebrantable a $DFC subraya una alineación estratégica con las iniciativas de quema vitales para la evolución de $LUNC. Mientras persisten incertidumbres sobre el éxito de proyectos desconocidos, la viabilidad, factibilidad y perspectivas de ejecución para $DFC siguen siendo prometedoramente tangibles. Esta afirmación subraya la necesidad imperativa de una ejecución concreta, un aspecto que se alinea sin problemas con la esencia de la trayectoria de $DFC.

En esencia, esta narrativa subraya una profunda apuesta—una que podría llevar a la total pobreza o a la acumulación de riqueza transformadora. La responsabilidad recae en la auto-creencia, la comprensión de las propias acciones y las motivaciones intrínsecas que impulsan las decisiones. La auto-conciencia, junto con una profunda comprensión de las propias búsquedas, se erige como la clave para navegar a través de este laberinto de elecciones y conclusiones.