Inversores minoristas

Siempre hay que fijarse en aquellos MEME que pueden generar rápidamente conversaciones y difundirse de manera frenética. Porque pueden atraer una gran cantidad de atención en un corto período, los proyectos naturalmente querrán satisfacer esa demanda, produciendo más MEME. La demanda determina el mercado.

Entonces, ¿por qué no combinar AI, blockchain y MEME? Hoy en día, el costo de lanzar una cadena es tan bajo que casi se puede ignorar, la AI puede escribir código automáticamente, lanzar cadenas, e incluso elegir una imagen de perfil interesante. De esta manera, no solo se puede aprovechar los dos temas candentes de AI y MEME, sino que la valoración podría dispararse hasta el techo del mercado de criptomonedas.

Pero el núcleo del MEME radica en su capacidad de difusión. El atractivo del MEME no proviene de la tecnología detrás o de conceptos profundos, sino de su capacidad para generar amplias discusiones en redes sociales, incluso haciendo que personas comunes quieran participar. Esta capacidad de difusión está a menudo relacionada con la actividad de la comunidad. Si un MEME puede volverse viral, en última instancia depende de su capacidad de difusión. Observa esos ejemplos clásicos, como la animación de la rana Pepe y la imagen del perro Doge; estas cosas son reconocibles por casi todos. La animación de la rana Pepe es un clásico de internet que casi todos hemos visto, mientras que Doge se benefició del Twitter de Musk, logrando un efecto de difusión que trasciende comunidades.

El verdadero valor del MEME radica en su capacidad para trascender las fronteras de la comunidad y entrar en un público más amplio. Cuando un MEME puede motivar a personas ajenas a la comunidad a crear nuevos contenidos, e incluso usarlo como su avatar, es entonces que realmente posee un potencial explosivo de difusión. Este punto es similar a la lógica de producto de Pop Mart. Recuerdo que alguien sugirió que Pop Mart añadiera una función de USB, pero fue rechazado por la alta dirección. ¿Por qué? Porque si se añade una función, el consumidor podría pensar en su próxima compra: 'Ya tengo un USB, ¿por qué debería comprar otro?'. Pero si no tiene ninguna función práctica, estas figuras son como estatuillas, nunca son demasiadas; el consumidor siempre querrá comprar una más. Lo mismo ocurre con el MEME, simple, sin función, puro; no tiene utilidad, pero puede proporcionar una satisfacción interminable. Al igual que coleccionar figuritas, el MEME también puede hacer que las personas busquen y creen sin cesar.

Por lo tanto, un verdadero MEME no se sostiene únicamente por un pequeño círculo o una comunidad específica. Su popularidad no se basa en un impulso artificial, sino en una difusión espontánea y amplia. Este poder no se genera mediante la imposición de algún 'valor' o 'función', sino gracias a su pureza y atractivo, haciendo que todos quieran participar, e incluso crear contenido adicional.

Su valor reside precisamente en esa amplia sensación de participación y difusión, y no solo en un ciclo dentro de una pequeña comunidad. Un MEME exitoso es aquel que puede superar las limitaciones de la comunidad, difundirse ampliamente entre diferentes capas sociales, y finalmente obtener una verdadera vitalidad.

En realidad, el valor de las monedas meme es completamente diferente al de monedas principales como SUI o ADA. No podemos simplemente comparar ambos y ver cuál es más 'valioso'. Si mides desde una perspectiva financiera tradicional o de base tecnológica, monedas como SUI y ADA tienen un respaldo mucho más sólido, cuentan con tecnología blockchain, contratos inteligentes, y aplicaciones prácticas. Los inversores que compran estas monedas ven su potencial futuro en tecnología y demanda de mercado, y pueden obtener un retorno real de su inversión.

Sin embargo, en las monedas meme, su valor no reside en la tecnología, ni en la aplicación práctica, sino en el poder de la cultura y la comunidad. Como se mencionó anteriormente, el meme es esencialmente un producto de 'difusión'. No necesita un avance tecnológico real, ni que realmente puedas hacer algo revolucionario. Solo necesita difundirse locamente en plataformas sociales, haciendo que más personas participen voluntariamente, creen contenido, hagan remixes, o incluso creen memes y avatares, formando un fenómeno que arrase en internet, y entonces tendrá valor.

¿Dices que las monedas meme no tienen valor? En realidad, sí lo tienen, solo que ese valor no puede medirse con modelos financieros tradicionales. Al igual que Pepe y Doge, las dos monedas meme más populares, han alcanzado cierta 'estatus mítico' a través de su humor, ternura, identificación cultural y difusión viral. ¿Puedes decir que Pepe no tiene valor? Puede convertirse en un símbolo cultural, hacer reír a la gente, hacer que se identifiquen, e incluso convertirse en un valor económico en el mercado; esa es la verdadera 'potencia' de las monedas meme.

Por lo tanto, el valor de las monedas meme no se basa en si tienen innovaciones tecnológicas o cuántos desarrolladores hay detrás, su valor fundamental radica en la energía de la comunidad, su participación y la identificación emocional que generan en una cultura específica. En comparación con monedas más 'racionales' como SUI o ADA, las monedas meme siguen un camino diferente, son locas, absurdas, y su valor es determinado por los inversores, la comunidad e incluso los jugadores mismos. Mientras más grande sea la comunidad y más rápido se difunda, el valor de las monedas meme puede aumentar significativamente.

Por supuesto, esta también es la debilidad de las monedas meme. Su valor es volátil, a diferencia de los tipos de monedas respaldadas por tecnología y aplicaciones, que pueden mantener una relativa estabilidad en un mercado calmado. Hoy puedes comerciar con Pepe y ganar algo, pero ¿quién puede garantizar que después de esta ola, todavía mantendrá ese valor? Esto también nos recuerda que al invertir, no debemos dejarnos llevar por esta locura virtual y la efímera popularidad.

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