No hablo mucho de esto, pero lo compartiré de todos modos, la historia de mi viaje.
Era nuevo en el mundo de las criptomonedas, y como muchas personas en ese momento, pensé que había encontrado la próxima gran cosa. Puse todos mis ahorros en LUNA, pensando que crecería con el tiempo. Era el período de la locura de Shiba Inu, y todos a mi alrededor parecían tan seguros acerca de estas "joyas ocultas". Borré la aplicación y decidí mantenerlo durante 10 años.
Pero cuando llegó el colapso, no estaba preparado. Intenté iniciar sesión en mi cuenta de Binance para vender, pero no podía recordar mi contraseña. Intenté todo, incluso restablecerla, pero no llegó ningún correo electrónico. El tiempo se escapaba, y LUNA seguía cayendo. Para cuando finalmente obtuve acceso, había perdido casi todo.
Mirando hacia atrás, duele. Puse todo mi dinero en una moneda, ignorando el consejo que mi amigo con experiencia me dio: divídelo. Me dijo que distribuyera mis $30 entre BTC, ETH y SOL, pero no escuché. Pensé que lo tenía todo resuelto. Si tan solo hubiera escuchado, podría haber logrado atravesar la tormenta y al menos mantener una parte de ello.
También recuerdo que todos hablaban sobre MANA y cómo iba a liderar el futuro de las aplicaciones descentralizadas. La gente decía que podría ser la próxima gran cosa, pero no tomé esas pistas lo suficientemente en serio. Aprendí de la manera difícil que no puedes confiar en cada proyecto, especialmente cuando las cosas comienzan a moverse demasiado rápido. La diversificación se convirtió en mi nueva regla después de eso.
Ahora, no pongo todo en un solo proyecto. Distribuyo mis inversiones en diferentes blockchains, porque sé lo rápido que pueden cambiar las cosas. Fue una lección dolorosa, pero es una que me ha ayudado a ser más cauteloso y más inteligente con mis decisiones.