Los talibanes, conocidos por su interpretación tóxica de la ley islámica y su gobernanza rígida, prohibieron oficialmente las criptomonedas, etiquetándolas como “haram”. Pero parece que también han estado incursionando en ellas en silencio.
En uno de los giros más extraños del colapso de Afganistán posterior a 2021, estos tipos están supuestamente comerciando con memecoins, específicamente Shiba Inu (SHIB) y Dogecoin (DOGE), demostrando que la hipocresía y el esfuerzo no conocen límites.
La economía de Afganistán ha sido un desastre desde que los talibanes tomaron el control en agosto de 2021. Con $7 mil millones en reservas del banco central congeladas por EE.UU. y sanciones internacionales aislando al país, el sistema financiero es una sombra de lo que solía ser.
Los bancos apenas funcionan y la liquidez es casi inexistente. Los afganos recurrieron a las criptomonedas como una alternativa, pero para 2024, los talibanes las prohibieron por completo.
Los talibanes comercian con Shiba Inu y Dogecoin mientras imponen prohibiciones a las criptomonedas
En el documental, un miembro de los talibanes admitió haber obtenido ganancias de SHIB, pero se quejó de haberlo perdido todo por “comprar alto y vender bajo”. Otro presumió de sus intercambios de Dogecoin.
El apodo en redes sociales de los talibanes, “Talibros”, captura esta contradicción. Mientras el grupo reprime las criptomonedas para los ciudadanos comunes, supuestamente sus miembros las comercian en secreto. Esta dualidad ha levantado cejas a nivel global, exponiendo la brecha entre lo que predican y lo que hacen.
Afganistán ocupó el puesto 20 en el Índice de Adopción de Criptomonedas de Chainalysis en 2021, en gran parte porque las criptomonedas ofrecían una forma para que los ciudadanos sobrevivieran en medio del colapso económico.
Sin embargo, para el momento de la prensa, el rango del país ha caído. La prohibición de los talibanes destruyó la actividad local de criptomonedas, cerrando intercambios y arrestando a comerciantes.
La represión de criptomonedas destruye la línea de vida financiera de Afganistán
Al principio, las criptomonedas fueron toleradas porque permitieron a los afganos eludir las restricciones bancarias y las sanciones. Las familias usaban billeteras de criptomonedas para recibir remesas, mientras que aplicaciones locales como HesabPay florecían.
Esto se detuvo una vez que los talibanes decidieron que las criptomonedas estaban aparentemente fuera de sintonía con los principios de financiamiento islámico, aunque no hay nada en ninguna parte que lo demuestre y la afirmación en sí no tiene sentido.
A mediados de 2024, los talibanes cerraron al menos 16 intercambios en la provincia de Herat, arrestando a los operadores y confiscando fondos. Los comerciantes fueron etiquetados como criminales, y el gobierno insistió en que el comercio de criptomonedas estaba prohibido.
Los funcionarios afirmaron que las criptomonedas facilitaban el juego y las estafas, lo que, según ellos, perjudicaba a los afganos comunes. El banco central calificó a las criptomonedas de “haram”, pero los críticos argumentan que la verdadera motivación de los talibanes era el control. Las monedas descentralizadas amenazan el dominio de los talibanes sobre la frágil economía de Afganistán.
En cuanto a los ciudadanos, el impacto ha sido brutal. Todas las señales apuntan a una situación económica aún peor el próximo año. Curiosamente, los talibanes también se han estado llevando bien con el presidente de Rusia, Vlad Putin.
Como informamos antes, le pidieron una invitación a la cumbre anual de BRICS de octubre que organizó en Kazán. No lo hizo, pero ahora los informes dicen que se ha asociado con ellos para “luchar contra el terrorismo”. Irónicamente, Putin también los ha eliminado de la lista de terroristas de su país.
Algunos economistas creen que los talibanes incluso podrían intentar que Afganistán se uniera a los BRICS, incluso si es como país asociado. Queda por ver cómo reaccionará India, y específicamente China. Sin embargo, Rusia parece estar de acuerdo.
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