En su reunión de los días 17 y 18 de diciembre de 2024, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) rebajó sus tipos oficiales en 25 puntos básicos, en línea con las expectativas del mercado. La medida eleva el recorte total de la tasa de interés a 100 puntos básicos para el año, alineando la política monetaria estadounidense con la de la eurozona.
Sin embargo, la Reserva Federal señaló un enfoque más cauteloso en el futuro, diciendo que planea desacelerar el ritmo de los recortes de tasas en 2025, con una reducción de solo 50 puntos básicos, dos disminuciones menos de lo esperado en septiembre. Esta decisión refleja la preocupación del banco central por no frenar excesivamente el crecimiento económico, a pesar de una mejora de las previsiones del PIB, estimadas ahora en el 2,5% para 2024 y el 2,1% para 2025.
La decisión de la Reserva Federal no fue unánime dentro del comité, y algunos miembros expresaron reservas sobre la velocidad de los recortes de tipos. Esta divergencia pone de relieve los desafíos que enfrenta el banco central para equilibrar la lucha contra la inflación y el apoyo al crecimiento económico.
Los mercados financieros reaccionaron negativamente a este anuncio, ya que los inversores esperaban recortes de tipos más agresivos. Esta cautela de la Reserva Federal también afectó el repunte navideño, provocando una caída de los índices bursátiles.
Además, la Reserva Federal sigue atenta a las incertidumbres políticas, en particular las impredecibles políticas comerciales y de inmigración de la administración Trump, que podrían reactivar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía más grande del mundo. La tensa relación entre el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y el presidente Trump añade una capa adicional de incertidumbre sobre la dirección futura de la política monetaria.