Sus artículos anteriores sugieren que nos mantengamos fuertes y no entremos en pánico al vender en corto. Ahí nos pides que aceptemos perder y vender cuando el mercado caiga😏

Invertir a menudo desafía nuestros instintos y emociones naturales, llevándonos a actuar irracionalmente. Imagina que has invertido $5,000. En el momento en que tu cartera gana $800 o incluso $1,200, sientes la necesidad de asegurar esas ganancias y retirar, temiendo que las ganancias puedan desaparecer. Sin embargo, cuando ocurren pérdidas—digamos que tu inversión cae en $1,500—dudas en vender. En lugar de cortar tus pérdidas, te convences a ti mismo de que el mercado se recuperará y podrías incluso aumentar tu inversión, comprando más para "promediar a la baja" tu posición.

Esta mentalidad, impulsada por la codicia de mayores ganancias y una aversión a aceptar pérdidas, atrapa a los inversionistas en un ciclo peligroso. Es difícil admitir la derrota, ya que vender con pérdidas se siente como aceptar el fracaso. Irónicamente, este comportamiento a menudo conduce a la liquidación, especialmente cuando los mercados se mueven aún más en contra de las expectativas. Invertir con éxito requiere liberarse de la toma de decisiones emocionales y reconocer que pequeñas pérdidas son parte del proceso, mientras que el riesgo descontrolado puede llevar a daños mucho mayores.