Un legislador surcoreano ha caído en desgracia y ha sido condenado a seis meses de prisión por ocultar 7,5 millones de dólares en criptomonedas.

Kim Nam-kook, ex miembro del Partido Demócrata, habría manipulado sus declaraciones de activos durante su mandato en la Asamblea Nacional para encubrir la fortuna que amasó con el comercio de criptomonedas.

Durante las audiencias en el Tribunal del Distrito Sur de Seúl, los fiscales lo acusaron de transferir deliberadamente monedas a depósitos bancarios y luego nuevamente a criptomonedas para tergiversar sus finanzas.

El juez Jeong Woo-yong, presidente de la Novena División Penal, escuchó el caso y dictó la pena de prisión, calificando la ocultación como una obstrucción intencional de los deberes oficiales.

El engaño de Kim comenzó con su declaración de propiedad de 2021. Informó que sus activos totales ascendían a 1.200 millones de wones (900.000 dólares), pero omitió convenientemente los 9.900 millones de wones (7,5 millones de dólares) en criptomonedas escondidos en sus cuentas.

Al año siguiente, hizo lo mismo y ocultó 990 millones de wones (750.000 dólares) en depósitos de monedas. “El acusado tenía la intención de no declarar las monedas que poseía”, afirmó la fiscalía en el tribunal. Además, explicó que sus acciones impidieron que el comité de ética realizara evaluaciones precisas.

Al mover sus tenencias de criptomonedas entre cuentas bancarias y billeteras digitales, Kim hizo casi imposible rastrear su riqueza real.

La explosión de las criptomonedas en Corea del Sur

Corea del Sur tiene uno de los mercados de criptomonedas más activos del mundo, donde los activos digitales rivalizan con las acciones en popularidad. La historia de amor del país con las criptomonedas comenzó en 2013, cuando comenzaron a operar plataformas de intercambio como Korbit y Bithumb.

En 2017, Corea del Sur estaba inmersa en la fiebre de las criptomonedas, y alrededor del 10 % de la población invertía en bitcoins y otros tokens. Surgió el fenómeno de la “prima del kimchi”, con precios de criptomonedas locales que se dispararon entre un 20 y un 40 % por encima de los promedios mundiales.

Pero el auge trajo consigo riesgos, lo que obligó al gobierno a actuar. En 2017, los reguladores prohibieron las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés), citando preocupaciones sobre estafas y burbujas especulativas.

La crisis de 2018 impulsó aún más la implementación de políticas más estrictas, incluidos sistemas de comercio con nombres reales que requieren que los usuarios de las bolsas verifiquen sus identidades a través de cuentas bancarias.

En 2021, Corea del Sur llevó sus regulaciones sobre criptomonedas a un nivel superior. Una nueva ley exigió que los proveedores de servicios de activos virtuales (VASP, por sus siglas en inglés) se registraran en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), lo que garantiza el cumplimiento de las normas contra el lavado de dinero.

A pesar del endurecimiento de las normas regulatorias, Corea del Sur sigue siendo una potencia en el ámbito de las criptomonedas. Los datos comerciales recientes lo demuestran. En diciembre de 2024, los volúmenes diarios de comercio de criptomonedas alcanzaron los 18 mil millones de dólares, superando al mercado de valores en un 22%.

Los exchanges como FameEX, Upbit y OKX dominan la escena y manejan miles de millones de transacciones diarias. Solo FameEX informó 8.700 millones de dólares en transacciones en un solo día en noviembre.

Sin embargo, el gobierno sigue luchando por encontrar la manera de gravar este mercado. Se suponía que en enero de 2025 entraría en vigor un impuesto del 20 % sobre las ganancias de capital de las criptomonedas.

Pero ante la reacción negativa del público y las preocupaciones por una posible represión de la inversión, los legisladores lo pospusieron hasta 2027. La demora da tiempo para debatir cómo equilibrar la regulación con el crecimiento del mercado.

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