Su Zhu no era solo otro nombre en cripto—era una leyenda. Un hombre que veía patrones donde otros veían caos. Junto a su socio, Kyle Davies, construyó Three Arrows Capital (3AC) en un imperio de fondos de cobertura de 3 mil millones de dólares, prometiendo enormes retornos a aquellos que creyeron.

Su ascenso fue meteórico. Jets privados. Mansiones de varios millones de dólares. Fiestas en yates con la élite mundial. La confianza de Zhu era inquebrantable, sus apuestas incluso más audaces. “El futuro de la riqueza está aquí”, declaró. Y muchos le creyeron.

Pero en el mundo de las criptomonedas, la arrogancia es un asesino silencioso.

Detrás de escena, se estaban formando grietas. 3AC había tomado enormes sumas prestadas para apostar en proyectos arriesgados—demasiado arriesgados. Desde la infame LUNA de Terra hasta otras jugadas altamente apalancadas, estaban montando una ola que parecía imparable… hasta que no lo fue.

En mayo de 2022, el colapso de Terra desató un efecto dominó.

Miles de millones se evaporaron de la noche a la mañana.

Los inversores entraron en pánico. Las llamadas a Zhu y su equipo quedaron sin respuesta.

El imperio se estaba colapsando.

Para el tercer día, 3AC estaba insolvente. Una vez aclamados como visionarios, Su Zhu y Kyle Davies desaparecieron de la vista pública. Inversores, empleados y amigos quedaron sosteniendo los pedazos de un sueño convertido en pesadilla.

El “genio cripto” ahora enfrentaba demandas, investigaciones y una foto policial que simbolizaba uno de los mayores colapsos de cripto.


La Moral:

En cualquier auge, ya sea de criptomonedas o más allá, el bombo ciega el juicio. Las señales de alerta son fáciles de ignorar cuando las ganancias se disparan.

La historia de Su Zhu es un recordatorio de que la ambición descontrolada y el apalancamiento son compañeros peligrosos. Los imperios pueden caer tan rápido como se levantan.

En un mercado lleno de promesas, siempre pregúntate:

“¿Es esto demasiado bueno para ser verdad?”

Porque a veces, así es.