El mundo de los adultos no está exento de melancolía, pero al día siguiente hay que seguir adelante. En lugar de obsesionarse con el bien y el mal todos los días, es mejor sumergirse y estudiar a fondo. Solo cuando el futuro se ve prometedor se puede aplicar lo aprendido y enfrentar las cosas con calma.
La buena suerte, aunque no esté siempre presente, siempre llegará cuando menos lo esperes. Tener esperanza en la vida es la única respuesta correcta. Ojalá que nadie se arrepienta.
El mercado es como un enorme tablero de ajedrez, todos esperamos ser los jugadores, pero ¿quién no es una pieza en este juego? Nunca rendirse hasta el último momento, hay que tener fe y determinación para no ceder.