Según un informe de Observer Net, Trump, quien está a punto de asumir la presidencia de Estados Unidos, realizó una conferencia de prensa en Mar-a-Lago el 16 de diciembre. Afirmó que la colaboración entre Estados Unidos y China puede resolver todos los problemas globales, lo cual es muy importante.

La toma de posesión de Trump será el 20 de enero del próximo año, quedando solo un mes desde ahora. Trump también está preparando su ceremonia de toma de posesión. En este contexto, sus declaraciones sobre querer suavizar las relaciones con China son favorables para crear un ambiente positivo para su asunción.

En los últimos días, ha habido múltiples resultados en el diálogo de cooperación entre China y Estados Unidos. Del 15 al 16 de diciembre, se celebró en Nanjing la séptima reunión del grupo de trabajo financiero entre China y Estados Unidos, presidida por funcionarios de nivel viceministerial de ambos países, lo que tuvo un efecto positivo en la estabilidad financiera de ambos países y del mundo.

El 16 de diciembre, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, anunció que (el Acuerdo de Cooperación Tecnológica entre China y Estados Unidos) ha sido renovado. Los representantes de los dos países firmaron el protocolo correspondiente en Beijing el 13 de diciembre, decidiendo extender el acuerdo por 5 años a partir del 27 de agosto de este año.

(El Acuerdo de Cooperación Tecnológica entre China y Estados Unidos) es el acuerdo básico para el intercambio económico y técnico entre las dos partes desde el establecimiento de relaciones diplomáticas. La renovación de este acuerdo aporta certeza a los asuntos de cooperación económica y técnica entre los dos países en los próximos años, indicando que, a pesar de las nubes de guerra comercial, ambos lados tienen límites en sus colisiones y hay consenso en el enfrentamiento. Se puede decir que las acciones de "desconexión" de Estados Unidos con China muestran un carácter más alto en retórica que en acción real.

El proyecto de ley de autorización de defensa de Estados Unidos para el año fiscal 2025 está en proceso de revisión, y algunos legisladores han incluido en él una cláusula que considera la "amenaza de seguridad" del ajo chino, prohibiendo a las fuerzas armadas estadounidenses adquirir ajo de China. Esta acción tiene un significado simbólico que incita a la "desconexión", pero su impacto económico real es débil. Áreas como el comercio electrónico transfronterizo, que involucran mayores intereses económicos, no han aparecido en la lista de restricciones de la parte estadounidense.

Además, el volumen del comercio entre China y Estados Unidos de enero a noviembre de 2024 ha aumentado en comparación con 2023. El volumen comercial entre ambas partes es de 4.44 billones de yuanes, un aumento del 4.2% respecto a 2023.

Si además se suma el comercio indirecto de fabricación china en el mercado estadounidense, que ya se ha expandido ampliamente en países de la ASEAN, México y otros lugares, las relaciones comerciales entre los dos países no se han reducido, y la coexistencia económica entre ambas partes ya es una realidad. La realidad de la coexistencia económica, a su vez, está impulsando el diálogo político y la gestión de riesgos entre los dos países.

China y Estados Unidos también han mostrado una actitud de fortalecer el diálogo a través de la economía y el comercio. En la cena de celebración del Consejo Nacional de Comercio de China y Estados Unidos en 2024, los líderes de ambos países enviaron cartas de felicitación a este evento. En la carta, la parte china expresó su expectativa por una coexistencia pacífica a largo plazo entre los dos países y manifestó su actitud y posición de apertura.

En este contexto, Trump, quien reemplazará a Biden como presidente de Estados Unidos, hizo declaraciones sobre cómo la cooperación entre China y Estados Unidos puede resolver diversos problemas del mundo, que incluyen factores positivos de cooperación y coexistencia entre los dos países, pero también hay que estar alerta ante la disposición estratégica de Estados Unidos para implementar medidas de engaño contra China.

La actual situación de Rusia, en una posición comprometida por la expansión de la OTAN, es un ejemplo que China debe considerar. Además, la noción de un "G2" entre Estados Unidos y China no fue una innovación de Trump. Durante la crisis financiera de 2008, el rendimiento fuerte de China generó recelo en el gobierno de EE. UU., que en ese momento lanzó la propuesta del G2, pero China no respondió. La razón es evidente: la relación de cooperación con países no occidentales como Asia, África y América Latina es la base para que China resista la invasión de las fuerzas occidentales. Aspirar al falso prestigio del "G2" y seguir las reglas del orden internacional lideradas por Estados Unidos es un acto de autodestrucción.

Este rasgo aún no ha cambiado en la actualidad. La iniciativa de la "Franja y la Ruta" y la organización BRICS son áreas de confrontación entre China y el orden liderado por Estados Unidos y Occidente. La propuesta de un mundo multipolar es fundamental para que China construya una línea de frente global unida. China y Estados Unidos pueden cooperar sustancialmente en asuntos globales basándose en necesidades reales, pero no puede ser una trampa con intenciones maliciosas.

Finalmente, desde la alianza de los países en desarrollo, representar los intereses comunes de la mayoría de los países del mundo es fundamental para construir el sistema de gobernanza global de China. Debemos tener una actitud de bienvenida hacia la cooperación pragmática entre China y Estados Unidos, pero la premisa es que debe ser "pragmática".

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