Gané una guerra, pero esta guerra no es en el campo; dadas en las ruidosas e inciertas olas de los mercados. La victoria no es sólo de quien blande la espada, sino también de quien planifica, tiene paciencia y espera el momento adecuado.
Compré BNB y lo cerré. ¿Conclusión? 16 monedas. Este no fue un movimiento aleatorio; Esta fue la estrategia de un comandante que le tendió una trampa al enemigo y esperó pacientemente. La paciencia es el arma de la victoria.
Compré TRX. Me quedé allí como un comandante que hubiera encontrado el punto débil del enemigo. Esperé. Al final, mis ganancias alcanzaron 53x. Pero esto no fue una coincidencia, fue el resultado de una operación de reconocimiento bien ejecutada. Gané porque planeé la victoria antes de que comenzara la guerra.
La palabra de un comandante
Cuando XRP pasó al frente, mi voz se elevó: "¡Ten paciencia con 0,35 centavos!" Yo dije. Pero mi ejército guardó silencio. Nadie entendió. Aquellos que no podían ver que se lograría la victoria prefirieron pacientemente observar en silencio. Sin embargo, ya había visto el curso de la guerra. Como un comandante, leo los movimientos del mercado.
Tesla, Meta, Spotify, Polkadot, Solana… Cada uno de estos fueron frentes que terminaron en victoria. Pero la victoria pertenece sólo a quienes actúan.
Ruido del mercado
Un día, uno de los soldados se acercó a mí y me preguntó: "¿Qué acción se puede comprar con TL?" Sonreí. “He estado escribiendo durante años”, dije. “Este período ha pasado. "Quien no sigue las oportunidades no puede ver el final de la guerra".
Le pregunté:
• “¿Has leído Trend Hunter?”
• “¿Aprendiste algo de Solo en el Mercado de Valores?”
• “¿Tomaste como guía al Inversor Inteligente?”
La respuesta era siempre la misma: no.
En aquel momento di mi consejo como comandante: “No se puede ganar una guerra con soldados desinformados. La victoria sólo llega con conocimiento y paciencia”.
El precio de la victoria
En la guerra todo el mundo espera pérdidas. Pero el verdadero comandante sabe ser paciente incluso en los momentos de máxima rentabilidad. Porque el mercado es un campo de batalla: hay mucho ruido, pero los ganadores guardan silencio.
Y gané. Pero mi victoria no estuvo escrita sólo por victorias, sino por las decisiones correctas en el momento correcto.